Una mordedura de garrapata podría convertirte en alérgico a la carne

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¡Atención amantes de la carne! Evitad los viajes innecesarios al campo este verano si queréis seguir disfrutando de vuestro mayor placer. Aunque cualquier médico nos recomendaría dar un paseo por la naturaleza y respirar aire puro, ahí fuera, a la espera de la menor oportunidad, se encuentra nuestra peor enemiga. ¡Que horror!

Al parecer, la villana responsable de todos nuestros temores es nada más y nada menos que una garrapata, más concretamente la garrapata ‘Lone Star‘ (estrella solitaria), conocida así a causa de la única marca blanca que presenta en su espalda. Esta pequeña sinvergüenza tiene la terrorífica habilidad de desbaratar nuestro sistema inmunológico y convertirnos alérgicos a la carne roja después de una sola picadura.

Garrapata ‘Lone Star’ (Amblyomma americanum). Melinda Fawver/Shutterstock

No, no se trata de ninguna broma. Al parecer, esta extraña reacción de nuestro cuerpo está causada por la inclusión en el mismo de algunas moléculas de alfa-gal, nombre abreviado con el que frecuentemente nos referimos a la Galactosa-alfa-1,3-galactosa, un carbohidrato presente en las membranas celulares de los organismos de la mayoría de los mamíferos, a excepción de los primates y los humanos.

Desafortunadamente para nosotros, la molécula alfa-gal también se encuentra en la saliva de algunas especies de garrapata, especialmente en la terrorífica ‘Lone Star’ (nombre científico: Amblyomma americanum), la cual se encuentra muy extendida en la mitad este de los Estados Unidos.

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Puesto que en condiciones normales esta molécula no se encuentra presente en nuestro organismo, si por cualquier motivo entramos en contacto con ella, por ejemplo mediante la picadura de una garrapata, nuestro sistema inmunitario no la reconocerá y reaccionará violentamente contra ella.

graphbottles/Shutterstock

En el momento en el que el cuerpo entra en contacto con el alfa-gal, este comienza a generar anticuerpos que propiciarán que en posteriores contactos con este mismo carbohidrato, nuestro sistema inmunológico tenga ya «la artillería cargada y preparada”, haciendo que volvamos a sufrir una reacción alérgica.

Aunque la mayoría de las personas que desarrollan el síndrome alérgico alfa-gal se dan cuenta de su enfermedad después de comer carne, esta molécula también está presente en algunos medicamentos que utilizan gelatinas como estabilizantes.

La reacción no es inmediata, eso explica por qué algunas personas no siempre se dan cuenta al instante de que sufren una reacción a la comida. Esto se debe a que el alfa-gal tiene que viajar primero a través del tracto gastrointestinal para ser liberado hasta que horas más tarde, los afectados se despiertan con urticaria, dificultad para respirar, vómitos y diarrea.

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RossHelen/Shutterstock

«La mayoría de los pacientes no saben lo qué tienen», explicaba Cosby Stone, experto en alergias e inmunología de la Universidad de Vanderbilt. «A menudo se necesitan repetidas reacciones alérgicas para que la gente conecte la dieta con el brote.

La exposición repetida a picaduras de garrapatas también puede empeorar la gravedad de una reacción. Aquellos que desarrollaron más anticuerpos alfa-gal a causa de un mayor número de picadura, también experimentan síntomas más graves.»

Esto no quiere decir que todas las personas que hayan sufrido la picadura de la garrapata vayan a experimentar una mala reacción, ni tampoco implica que la única forma de adquirir alergia a la carne sea mediante la picadura de una de estas garrapatas.

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Aunque esta malvada criatura se encuentra sólo en América, como dice el dicho: «más vale prevenir que curar». Yo de momento prefiero quedarme en casa y poder seguir disfrutando de un buen bistec.

Fuente: National GeographicImagen de portada: Steven Ellingson/Shutterstock
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