Consiguen criar corderos prematuros en úteros artificiales. Los humanos serán los siguientes

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Investigadores estadounidenses del Hospital Pediátrico de Filadelfia (CHOP), consiguen alcanzar todo un hito en la medicina al diseñar un útero artificial que aumenta la supervivencia de los bebés prematuros.

Denominado por los investigadores como Biobag, este útero artificial imita el ambiente de la placenta materna posibilitando, a día de hoy, la gestación de corderos aún en desarrollo, y quizás en un futuro cercano, el de bebés humanos prematuros.

Para la investigación, los expertos mantuvieron en este novedoso sistema a 8 corderos de 107 días (el equivalente a 23 a 24 semanas de gestación en un ser humano). Sorprendentemente, después de cuatro semanas en estas incubadoras, además de poder moverse, abrir los ojos y tragar con normalidad, los corderitos mostraban un desarrollo normal de sus pulmones y cerebros.

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«Todavía me asombro al contemplar estos corderos», comentaba Alan Flake, cirujano fetal del Children’s Hospital de Philadelphia Research Institute. «Creo que es asombroso poder observar al feto en el interior de este soporte vital como si estuviese en un útero natural

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En el pasado, ya se intentó imitar las condiciones que se dan durante el embarazo mediante placentas artificiales e incluso bolsas como la que podemos ver ahora, sin embargo, todos los ensayos fracasaron a causa de las infecciones a las que los fetos debían enfrentarse desde que abandonaban la madre y llegaban al dispositivo utilizado.

Afortunadamente, este nuevo sistema extrae el feto quirúrgicamente mediante cesárea antes de colocarlo dentro de una bolsa estéril correctamente cerrada que protege a su ocupante de cualquier infección.

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Realizadas a partir de una película de polietileno translúcido, estas Biobags cuentan con una plataforma de soporte móvil que incorpora sistemas de regulación de temperatura y presión, además de permitir la conexión de tubos de oxígeno directamente al cordón umbilical, permitiendo así que el corazón pueda bombear sangre a un volumen y presión comparable a como si lo hiciera en la placenta. Mientras todo esto ocurre, los corderos se encuentran rodeados de una solución electrolítica similar al líquido amniótico del útero.

Este hallazgo resulta realmente esperanzador ya que la prematurez extrema es la principal causa de morbilidad y mortalidad infantil, atribuida a más de un tercio de todas las muertes infantiles y la mitad de los casos de parálisis cerebral.

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Llamamos prematuros extremos a bebés que nacen antes de 28 semanas de embarazo. Estos bebés, a menudo, nacen con una serie de complicaciones potencialmente mortales como dificultades respiratorias, falta de reflejos de deglución y baja temperatura corporal. Según la Organización Mundial de la Salud, las complicaciones del parto prematuro provocaron casi un millón de muertes en todo el mundo en 2015.

El objetivo planteado por este equipo médico es el de preservar la vida de los prematuros de 23 semanas de gestación hasta que alcancen el desarrollo y crecimiento normal de un bebé de 28 semanas, sacándoles del umbral que pone en riesgo su supervivencia.

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La previsión de estos investigadores es que, en un plazo de 10 años, los bebés prematuros extremos puedan completar su desarrollo en cámaras que usan líquido amniótico artificial. Tal y como informan los autores de esta nueva técnica, el hecho de que el bebé evite permanecer en una incubadora y esté conectado a un ventilador externo, ya proporcionaría un gran beneficio en la salud de los pequeños y reduciría los costes sanitarios.

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No parece viable tampoco que se pueda reducir la edad de los prematuros por debajo de las 23 semanas, ya que existe un límite físico, por el tamaño de los bebés, y un límite fisiológico que es incompatible con la vida fuera de la madre.

Estas pruebas pueden recordarnos a una de las escenas míticas y aterradoras de la saga Matrix, pero lo cierto es que la creación de un útero artificial podría salvar cientos de miles de vidas cada año. ¿Alcanzará la ciencia a la ciencia ficción?

Fuente: The Daily Dot, Nature, The VergeOrganización Mundial de la Salud
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