Ahora entendemos porque el cuñado del rey apresuró su entrada en prisión horas antes de lo que le pertenecía esperar. Iñaki Urdangarín está cumpliendo condena en un absoluto paraíso y en unas condiciones muy superiores a las de muchos ciudadanos de a pie. Ha hablado el arquitecto de la lujosa prisión de Brieva.
Urdangarín cumple condena en 450 metros con cocina, dos patios y gimnasio propio
Le falta la playa y vistas al mar. El marido de la Infanta Cristina ya se encuentra cumpliendo una condena que podría estirarse tan sólo hasta los 17 meses, de los 5 años y diez meses que le han caído por prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude y dos delitos fiscales. Seguramente el encierro sea coser y cantar vistos los lujos que le rodean.
Estamos ante una cárcel única en su especie, una prisión de alta alcurnia, privilegiada y lejos de los centros penitenciarios que estamos acostumbrados a ver en películas o en nuestras series favoritas. Ni la ficción de Fox, Vis a vis, que ya es de extremo caché, alcanza los niveles de lujo de la cárcel donde pasa los días Iñaki Urdangarín.
No son rumores del pueblo, son las declaraciones del mismísimo arquitecto de la prisión de Brieva, Alfonso Navarro, quien confiesa y asegura a OK Diario que el cuñado del Rey de España está encerrado en una de las mejores cárceles que puedas llegar a imaginar.
«La inversión de Instituciones Penitenciarias fue de 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros) y su conversión en cárcel de mujeres a mitad de la obra costó 250 millones», añade el diseñador de la prisión de lujo construida en 1988 y considerada como la prisión más alegre y amplia de toda España. Combina colores grises, blancos y burdeos y las ventanas asegura que son de tamaño ensanchado.
«Nada más entrar en la celda hay dos camas individuales a un lado, un inodoro y un lavabo de acero inoxidable. Fuera de ella la zona tiene una cocina, dos patios y un pequeño gimnasio con una bicicleta estática y pesas«, confiesa Navarro que tiene la misma celda donde pasó una década el exdirector general de la Guardia Civil, Luís Roldán.
En definitiva, la Infanta y su familia no deberían estar preocupados por el encierro del condenado por prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude y dos delitos fiscales, ya que, tal y como alega el propio arquitecto de la cárcel: «Si hubiese sido un hotel sería una habitación de cinco estrellas«, apunta.