Te mostramos por qué los hombres siguen teniendo pezones aunque se crea que no sirven para nada

Existe la creencia de que la naturaleza es extremadamente sabia y que nunca deja nada al azar, sin embargo, no siempre es tan perfecta como pensamos. ¿No lo crees? Pues tenemos la prueba de ello justo delante de nuestros ojos.

¿Alguna vez te has preguntado por qué  los hombres tienen pezones? Y es que, a parte de para poner un piercing o recibir un mordisquito picarón de la pareja, ¿para qué quieren los hombres ese par de tetillas?

Si pensamos racionalmente, parece lógico que las mujeres los tengan, pues evidentemente son necesarios a la hora de amamantar a los bebés.

Pero, ¿y los hombres?

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Giphy

La respuesta se encuentra en la forma en que los seres humanos nos desarrollamos cuando estamos en el vientre de nuestras madres.

Durante el estado embrionario, todas las personas nos desarrollamos de manera similar siguiendo un «patrón femenino«. ¿Qué quiere decir esto? Pues que todos empezamos a desarrollarnos como mujeres.

No es hasta aproximadamente 6 o 7 semanas después de la concepción cuando un gen del cromosoma Y comienza a inducir el desarrollo de los testículos. Tras la formación de los mismos, el feto masculino es capaz de producir testosterona, cambiando la actividad genética de las células en los genitales y el cerebro que hacen que el feto continúe desarrollando los sucesivos elementos masculinos.

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Sin embargo, llegado ese momento, los pezones ya se han desarrollado, aunque el desarrollo posterior del feto haga que esa estructura vestigial no sirva para nada. Es por esta razón que los hombres tienen pezones aunque resulten inútiles.

¿Por qué no han desaparecido mediante el proceso de selección natural?

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El proceso de evolución no funciona retirando aquellas parte que son prescindibles para nuestro cuerpo, sino aquellas que nos resultan costosas. Es decir, aunque este rastro evolutivo no cumple ningún propósito evolutivo, tener pezones no es perjudicial para los hombres, o dicho de otra forma, no generan ningún coste orgánico.

Que el cuerpo humano no necesite los pezones no es razón suficiente a nivel evolutivo como para desprenderse de este rasgo. La selección natural no es tan pragmática como pudiésemos imaginar.

Pezones como punto G y zona erógenas

La estimulación en el pecho en los hombres es un punto muy importante de nuestro cuerpo en los encuentros sexuales. Que nos acaricien o laman los pezones, que los succionen o que los apreten nos excita aunque algunos piensen que comprometan su masculinidad. 

Al igual que al de las mujeres, a los pezones de los hombres llegan muchas terminaciones nerviosas. Por eso reaccionamos ante actos como soplar encima de ellos, besarlos y alternar entre frío o calor cuando los humedecemos.

Debemos disfrutar de ellos sin prejuicio alguno, al igual que cuando nos acarician la zona de las nalgas, el ano o cualquier otro estímulo que alimente nuestro apetito sexual.

¡Comparte el origen de los pezones masculinos con todos tus amigos!