Las autoridades estadounidenses alertan internacionalmente acerca de una nueva droga, tan potente, que podría causar una sobredosis mortal sólo con tocarla.
Conocido como furanil fentanilo, se trata de un opioide 100 veces más poderoso que la heroína capaz de ingresar en el cuerpo mediante inhalación o a través de la piel, con la triste propiedad de que puede ser letal en cantidades muy pequeñas.
Según la Oficina de Investigación del estado de Georigia (GBI por sus siglas en inglés), esta nueva droga se consume de la misma forma que la heroína, con la diferencia de que no necesita ser cultivada, ya que proviene de los laboratorios.
Debido al enorme impacto que ha tenido sobre la sociedad tras su consumo, el fármaco aparece desde el año pasado en la lista de sustancias prohibidas de Clase I, catálogo donde se encuentran los compuestos con mayores capacidades adictivas y cuyo uso está prohibido, incluso bajo supervisión médica.
Desgraciadamente, las autoridades informan de que tan sólo en EE.UU. el furanil fentanilo está detrás de casi 850 muertes:
- 188 fallecidos en Connecticut entre (2013 y 2014).
- 128 en Carolina del Norte, Maryland, Illinois, Nueva Jersey y Ohio (2015 y 2016).
- 500 muertes registradas en la ciudad de Nueva York (2016).
- 30 en Georgia (2016 y 2017).
Recientemente, la GBI confiscó unos 10 kilogramos de pastillas de furanil fentanilo en una fábrica y advierte a la comunidad sobre el peligro que representa el uso de esta droga, que también ha causado muertes por sobredosis en países de Europa como el Reino Unido.
El diputado del Condado de Gwinnett, Shannon Volkadov, informaba tras el sorprendente hallazgo: «Me asusté un poco cuando descubrí lo que realmente tenía en mis manos. Podía haber sucedido cualquier cosa, afortunadamente, gracias al equipo de protección y el personal con el que contamos, todo salió a pedir de boca».
La popularidad del fentanilo ha ido en aumento en EE.UU. en los últimos años, superando a la heroína como el fármaco más comúnmente detectado en las sobredosis de opioides fatales en Long Island y Connecticut.