Varios miembros del conocido grupo sevillano acusado de abusar de una joven en Pamplona, ha tenido que abandonar una piscina municipal tras ser increpados por los bañistas. La teniente de alcalde del pueblo pide disculpas y asegura que no se volverá a repetir.
«No vamos a permitir que Palomares del Río se convierta en refugio de violadores ni de delincuentes»
La piscina municipal de un pueblo muy cercano a Sevilla ha sido el escenario de vergüenza y el abucheo para los miembros de La Manada. Lejos de pasar desapercibidos, los bañistas de esta piscina de Palomares del Río recordaron a los sevillanos que siguen a la espera de recibir sentencia firme tras ser acusados por presunta violación a una joven.
De estas aguas han sacado a gritos de «violadores» y abucheos por su presencia a los integrantes del odiado grupo de La Manada. Varios de ellos decidieron pasar el sábado en la piscina municipal del pueblo Palomares del río, pero sus bañistas no lo consintieron, y el Ayuntamiento menos.
«Los usuarios, al reconocer a estos violadores, comenzaron a increparles con gritos en contra de su presencia, por lo que fueron acompañados por este operario municipal a las dependencias anexas del campo de fútbol, donde permanecieron hasta que cerró la piscina», publica la teniente de alcalde de Izquierda Unida, Juana Caballero, en un comunicado.
«No vamos a permitir que Palomares del Río se convierta en refugio de violadores ni de delincuentes, ni vamos a tolerar que nuestra ciudadanía se sienta alarmada por este tipo de visitantes indeseables», amplía, además de asegurar que este hecho «no volverá a ocurrir».
Los miembros de La Manada siguen en libertad provisional, con la condición de personarse tres días a la semana a los Juzgados de Guardia, hasta que el juez dicte sentencia firme. Ángel Boza, el último en unirse a la conocida Manada, ha sido encarcelado de nuevo por robar gafas y agredir a dos vigilantes. Fueron puestos en libertad el pasado junio tras pagar una fianza de 6.000 euros.