Los trastornos de ansiedad son una de las enfermedades mentales más comunes, especialmente en los países desarrollados. ¿Qué imaginas cuando piensas en alguien con ansiedad? Probablemente ataques de pánico, hiperventilación… Y aunque en muchos casos es así, no siempre es el caso.
Hay otro tipo de ansiedad, una que que te mantiene la mente ocupada constantemente, que te preocupa y que invade de miedo todo tu cuerpo. Pero este trastorno, a menudo se oculta tras sonrisas, éxito y logros, incluso extroversión. Esta es la cara de la ansiedad de «alto funcionamiento».
¿Cómo identificar la ansiedad de «alto funcionamiento»?
Por definición, una persona que tiene una enfermedad mental de alto funcionamiento puede parecer completamente «normal», pero sufrir interiormente.
Son capaces de levantarse por las mañanas, parecen felices y realizan con éxito todas sus funciones. Sin embargo, cuando están solos, la historia cambia. Son personas que sobresalen en la mayoría de aspectos de la vida y, aún así experimentan los debilitantes efectos de la ansiedad.
Lo malo es que, a pesar de los constantes ataques de pánico, estas personas suelen tener miedo a pedir ayuda. Y es que, cuando la solicitan, muchas veces no los toman en serio. La gente asume que, si funcionan tan bien en su vida diaria, quizás estén exagerando.
Signos y síntomas
Según un estudio realizado por la revista Current Biology, las personas que sufren ansiedad tienen una percepción totalmente diferente del mundo que les rodea. Experimentan una preocupación excesivas, a menudo esperando lo peor, incluso cuando no hay razón aparente.
Su agotamiento mental es constante, ya que luchan contra la ansiedad y no dejan que su mente descanse nunca. Este bucle continuo de estrés y pensamientos se puede ver agravado por el hecho de que los demás lo ven como algo irracional e ilógico.
Tratamiento de la ansiedad
La ansiedad se puede manejar y tratar, pero no curar. La realidad es que la gente con esta enfermedad la sufre todos los días.
Existen diversas opciones de tratamiento, como la terapia cognitiva conductual, estrategias, medicamentos y terapias alternativas tales como la meditación, la acupuntura, la atención o el yoga.
Cada vez hay más pruebas convincentes de que la atención y la meditación pueden ayudar a controlar la ansiedad, tanto por sí solas, como en combinación con otros tratamientos.
«El objetivo de la práctica de la meditación es ser consciente y observar los pensamientos, sentimientos y estados del cuerpo sin llegar a ser reactiva», dice Lynne Siqueland, quién trabaja en un Centro de Adultos para el TOC y la ansiedad.