Los penetrados, la película que se expone en museos con más de 100 personas teniendo relaciones sexuales

La dominación, el género y la raza son los temas del nuevo trabajo de Santiago Sierra, Los penetrados, que como viene acostumbrando, ha levantado polémica y escándalo. Una película de 45 minutos en ocho actos que fue rodada el 12 de octubre de 2008, Día de la Hispanidad, la fiesta española que conmemora el descubrimiento de América por parte de Colón.

Los penetrados, de Santiago Sierra

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Santiago Sierra es, de la generación de los sesenta, el artista conceptual español más conocido internacionalmente. Su obra, siempre polémica, ha sido expuesta en importantes museos, centros de arte y galerías de todo el mundo.

Su nuevo trabajo bajo el título de Los penetrados realiza una propuesta combinatoria de, en este caso, 110 elementos de 2 colores y 2 géneros distribuidos en parejas. La diferencia es que ahora en vez de cuerpos geométricos, como ha utilizado en otras de sus obras, usa personas: diez hombres blancos, diez hombres negros y otras tantas mujeres blancas y negras dejándose penetrar analmente para celebrar el Día de la Hispanidad en las ocho permutaciones posibles, que componen los capítulos de una película de 45 minutos, con plano fijo y en blanco y negro.

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Galería Helga de Alvear, Madrid

En ella se muestran actos de sodomía que tuvieron lugar durante todo un día, el 12 de octubre de 2008 concretamente, Día de la Hispanidad en España, en un espacio flanqueado por dos enormes espejos que multiplican la escena y sus puntos de vista. La acción se repite bajo una estructura mecánica, desde el comienzo colectivo hasta el término de la penetración de la última pareja.

Diez alfombras reciben, por diferentes causas durante el rodaje, un número variable de parejas que experimentan con posibles variaciones de sexo. La acción se divide en 8 actos, tantos como combinaciones se establecen entre los cuerpos activos y pasivos de negros y blancos:

Blanco–blanca, blanco–blanco, blanco–negra, blanco–negro, negro–negra, negro–negro, negro–blanca, negro–blanco. Un orden matemático y lógico que prevalece sobre el contenido. Y es que el sexo y el color son las características que, a nivel físico, aún marcan las diferencias entre las mayorías y las minorías.

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Queda claro que el artista utiliza el sexo como metáfora de las relaciones sociales entre individuos de ambos sexos de raza blanca y negra. Sin embargo, cuando le preguntan sobre el mensaje crítico de su obra, contesta:

«Yo nunca subestimo tanto al público como para mostrarle el camino, así que mi trabajo nunca llega a ser crítico. La crítica la trae puesta de casa cada uno. Mi trabajo sólo plantea un tema de conversación de la manera más seca y contundente posible, con un mínimo de distracciones. Mi trabajo no dice mucho por sí mismo. La idea es que todo lo que esté por decir sea dicho por el espectador».

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A quiénes le atribuyen la característica de provocador, Santiago Sierra contesta orgulloso: «Todo lo que no aplauda las virtudes del poder, provoca».

Imagen de portada: Santiago SierraFuente: helgadealvearsantiago-sierra