Ya no tienes por qué envidiar a las cebras o los tigres. Aunque no lo creas, tú también tienes rayas en la piel.
La piel humana está cubierta por lo que los dermatólogos llaman ‘líneas de Blaschko‘, un patrón formado por líneas que permanecen invisibles en condiciones normales. Estas rayas se extienden desde las piernas hasta el torso, llegan hasta los brazos y envuelven la parte posterior de la cabeza.
Origen de las líneas de Blaschko
A principios de 1900, el dermatólogo alemán Alfred Blaschko, observó que muchas de las erupciones y lunares de sus pacientes parecían seguir formaciones similares, casi como si estuvieran siguiendo un patrón invisible. Sin embargo, resultaba bastante desconcertante para él puesto que esas líneas no seguían nervios o vasos sanguíneos.
Siguiendo sus investigaciones y experiencias, Blaschko representó cómo imaginaba que sería la disposición de este patrón invisible de la siguiente forma:
A pesar de que el primer acercamiento de Blaschko resultó bastante acertado, lo cierto es que estas líneas son mucho más numerosas y conforman un patrón que se parecería más a esto:
A día de hoy, ya sabemos qué fue lo que Blaschko observó. Al parecer, este patrón cutáneo invisible sería una característica genética heredada de la migración de las células embrionarias, es decir, nuestro desarrollo a partir de una única célula.
Todos nos desarrollamos a partir de una sola célula (cigoto) que se va dividiendo y especializando, de manera que algunas de estas nuevas células se convierten en músculos, otras se convierten en huesos y órganos, y otras tantas pasan a formar la piel.
A medida que estas últimas continúan dividiéndose, se expanden y se estiran para cubrir el cuerpo rápidamente. De esta manera, una línea de células empuja y gira sobre otra, igual que haría la leche que vertemos sobre un expreso para preparar un latte.
La mayoría de la gente nunca podrá observar estas líneas en su piel. Como ya señaló el Dr. Blaschko, existen decenas de trastornos cutáneos que siguen estas líneas, sin embargo, la mayoría afectan a regiones específicas del cuerpo.
Por otra parte está el quimerismo. ¿Recuerdas la célula primigenia a partir de la que nos desarrollamos? De vez en cuando, dos cigotos se fusionan formando uno solo. El ser vivo resultante posee entonces dos tipos de células diferentes, es decir, dos líneas de ADN distintas como si fueran dos personas en una.
A medida que la piel de la persona se desarrolla, los dos grupos de células se dividen y arremolinan al igual que hacen las células de las personas no quimeras. La diferencia es que los dos grupos de células quiméricas son ligeramente diferentes entre sí.