Algo que debemos de tener siempre presente, pase lo que pase: no hay que fiarse de Internet. Y sobre todo, en una aplicación para buscar pareja tenemos que ser muy cuidadosos porque realmente no sabemos quien hay al otro lado de la pantalla, no conocemos a esa persona por mucho que hablemos con ella.
En Shepshed, Reino Unido, encontraron un coche que se había estampado contra un muro. Dentro estaba el cuerpo de Timothy Smith, de 45 años y residente de una ciudad cercana.
Los agentes detectaron varias lesiones que no guardaban relación con el accidente, y les habían dicho que habían visto a dos hombres escapando de allí.
El resultado de la autopsia fue claro: Smith había muerto de una puñalada en el corazón.
Después de investigar, la policía dio con dos nombres: Mark Law y Mason Casey.
Al parecer, contactaron con él por la aplicación para buscar pareja, Badoo, y a los pocos días Law invitó a Smith a hacer un trío.
Fueron hasta un polígono cercano y allí, Law le clavó un cuchillo en el pecho a Smith, justo en el corazón. Smith intento huir pero a los pocos metros se estrelló con el coche debido a la herida.
En el juicio, Mason Casey argumentó que no sabía que Law iba a matar a Smith, ni que llevaba un cuchillo, y mucho menos que le hubiera ofrecido un trío (del que él formaba parte).
Las autoridades descubrieron una conversación entre los dos sobre otro encuentro con otro hombre, llamado Michael en el que Law hablaba de apuñalarlo ‘en la cabeza’, y después de haberle mandado a Casey capturas de las conversaciones con él por Badoo, Casey le contestó: «Mátalo» con el emoticono del cuchillo.
Claramente Casey insiste en que era una broma (de mal gusto, por supuesto).
Asimismo Law admitió haber cometido el asesinato, mientras que Casey lo niega.
Michael habló con las autoridades y les explicó que nunca había llegado a encontrarse con Law por las extrañas conversaciones que tenían: le contó que su expareja había intentado devorarle vivo.
También en otras conversaciones hacía referencia al canibalismo: «Antes de que sigamos hablando, no eres de esos que descuartiza a la gente, ¿no? El imaginarme en tu estómago me pone los pelos de punta.»
Casey admitió que Law le confesó que le gustaría comerse a gente.
Aún así, Casey fue declarado culpable y los dos fueron condenados a cadena perpetua.