A la espera del juicio por la muerte de Gabriel Cruz, Ana Julia Quezada se va adaptando a las rejas de la cárcel de Almería. Tiene máxima vigilancia y está acompañada las 24 horas por la reclusa sombra que vela por su seguridad. El abogado dice que ha confesado estar arrepentida de asesinar al «pescaíto».
Ana Julia, con ansiolíticos y totalmente aislada en la cárcel, se arrepiente de estrangular al niño Gabriel
El abogado de la asesina confesa del pequeño de Almería ya está plenamente adaptada a la prisión de El Acebuche, según comparte su abogado Esteban Hernández Thiel en Espejo Público de Antena 3, donde ha expresado el arrepentimiento que dice sentir Ana Julia a semanas de celebrarse el juicio.
«Está menos angustiada que cuando estaba en dependencias policiales, más tranquila y serena«, ha dicho el abogado de la criminal tras el primer fin de semana entre rejas por estrangular a Gabriel Cruz y disimular durante 12 días ante las cámaras.
Los defensores legales de Ana Julia han desvelado que la presa está tomando ansiolíticos desde su ingreso en prisión, administrados por el propio centro penitenciario, y por ello se muestra menos alterada y confusa que cuando se encontraba arrestada.
La autora del crimen de Gabriel Cruz no está sola, debido al alto riesgo que supone su estancia en la cárcel almeriense. La acompaña en todo momento una presa que acumula ya 10 años de pena por matar a su marido. Se llama la reclusa sombra ya que vela por la seguridad de Ana Julia ante posibles pensamientos de suicidio.
La salida al patio se realiza entre las 13h30 y las 16h30, siempre y cuando ella quiera hacerlo, para así no coincidir con el resto de condenadas. La reclusa sombra, una argentina de 46 años, que se presentó voluntariamente para protegerla a cambio de beneficios penitenciarios, la acompaña en todo momento, inclusive a la hora de comer.