Desde el bebé que sabe que si llora su madre lo terminará cogiendo en brazos, pasando por aquella amiga que cuenta una historia pero se reserva la parte más importante a conciencia, hasta el muchacho que aprovecha la ruptura de una chica con su novio para captar su atención…
Detrás de todas estas situaciones, aparentemente habituales y sin más vuelta de hoja, se esconden unas técnicas de manipulación que han tenido en cuenta muchos personajes relevantes a lo largo de la historia.
Hay que asumir que estamos sometidos a una manipulación constante en nuestro día a día. A veces las artimañas son fáciles de detectar, pero otras en cambio se encuentran tan bien disfrazadas que pasan desapercibidas y terminan cumpliendo con el objetivo de su emisor.
Como decía el general chino Sun Tzu en su popular obra ‘El arte de la guerra’, “está en nuestras manos asegurarnos contra la derrota, pero la oportunidad para derrotar al enemigo nos la proporciona el propio enemigo”. Así es, la manipulación es un hecho en nuestra sociedad y aunque por desgracia no podemos abolirla, sí podemos aprender a reconocerla para no sucumbir.
Noam Chomsky, lingüista, filósofo y activista estadounidense, centró parte de su trabajo en analizar las conductas que rigen a la sociedad, la existencia de estereotipos y las tendencias comunicativas que las autoridades promueven.
A raíz de su estudio existe un decálogo inspirado en sus conclusiones más importantes.
Se trata de diez ideas o formas de manipular que seguro son útiles para entender mejor qué es lo que ocurre a nuestro alrededor y, sobretodo, qué intenciones se ocultan.
1. La distracción
¿Cambiamos de tema? Aunque no se lleva a cabo de forma tan directa como con esta simple pregunta, el objetivo de esta técnica consiste en provocar ese desvío de atención para que el público no se centre en la información realmente importante y pase a interesarse por la secundaria.
Esto se consigue saturando de distracciones o datos irrelevantes hasta que el tiempo hace que el contenido clave ya no sea visto como novedad y la emoción se haya perdido.
“La religión es el opio del pueblo” decía Karl Marx allá por el XIX. Actualmente la religión no es quizás la protagonista, pero sí lo son el fútbol, las celebrities, la moda… Todo aquello que en un momento dado puede ser usado para quitarle protagonismo a noticias menos superficiales como guerras, inmigración, desigualdad y derechos.
2. Problema – solución
Esta idea se basa en crear un problema para provocar una reacción y, a posteriori, plantear una solución. Si en un ejemplo (hipotético) se habla del gran empeoramiento que ha sufrido la capa de ozono en los últimos meses, la gente aceptará mejor y más rápido las restricciones en uso de automóviles no ecológicos.
3. Gradualidad
Primero hay que mojarse las muñecas, luego el cuello y por último la barriga. Está claro que antes de darse un chapuzón hay que prevenir al cuerpo del cambio de temperatura al que se va a someter. Lo mismo ocurre con las noticias drásticas, es necesario transmitirlas paulatinamente para evitar las protestas. No es igual establecer una ley de recortes radical, que fragmentar esas limitaciones de modo que año tras año se vayan ampliando hasta llegar al computo total.
4. Diferir
Posponer algo es desde luego mucho más sencillo que afrontarlo en el presente más inmediato, pero el dicho “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” anima a que se afronte el “sacrificio” y se eviten así las sorpresas con las que a menudo deleita la incertidumbre del futuro.
Cuando la exaltación del Carpe Diem deja en evidencia una falta de responsabilidad, se debería pensar que el ansia por disfrutar del momento está vinculado a un afán manipulador.
5. Un tono infantil
Por lo general, ¿quién no se fiaría de un niño? Su lenguaje cercano, tono dulce e inocente nos hace pensar que sus intenciones son inofensivas. De ahí que cuando empleamos un tono parecido y sin aparente maldad, se incrementa la posibilidad de que nuestro receptor no cuestione el contenido y responda de manera favorable.
Por este motivo, en Publicidad mientras más suaves sean las voces, más opciones existen de ganarte la confianza del espectador.
6. Apelar a las emociones antes que a la reflexión
Dicen que la inteligencia es producto del equilibrio entre la razón y la emoción, ¿pero qué pasa cuando se rompe esta estabilidad? Si una decisión se toma prescindiendo del análisis racional y el único criterio es la impresión emocional, la percepción del problema no se ve de manera completa y objetiva. Por lo tanto, un experto manipulador puede, “al tocar el corazón de su víctima”, disuadirlo, crearle miedos, deseos, necesidades…
7. Ignorancia
El saber te hace fuerte. Las personas que no han tenido la oportunidad de formarse intelectualmente o que carecen de conocimiento en temas indispensables, son un blanco perfecto de manipulación.
Ante su desconocimiento, estas personas suelen dejarse aconsejar con facilidad, se fían de alguien que sabe más de una determinada realidad y encomiendan su futuro a los que les prometen que van a mirar por su bien.
La ignorancia hace que no sepas diferenciar la verdad de la mentira, coarta tu libertar y no permite que cultives tu criterio ante la vida. Tener fe en las personas es bueno, pero no todos los individuos con poder buscan algo más que el interés propio. Por ello, la educación es fundamental, es la mejor arma de defensa que podemos adquirir.
8. Estimular al público para que sea complaciente
La normalización de lo mediocre y lo vulgar es otra de las técnicas para disuadir la atención del público. Si ser un inculto se ve como algo gracioso e incluso “de moda”, la gente no dudará en imitar el comportamiento y despreocuparse por su formación.
9. Autoculpabilidad
Implica reducir a una persona emocionalmente haciéndole sentir la causa de sus desgracias y quitándole valor. Una vez el individuo está neutralizado anímicamente, no se sentirá motivado para superarse, refutar opiniones o defender sus ideales.
Habrá perdido confianza, amor propio y la voluntad de esforzarse para crecer personalmente. Ser fiel a uno mismo y consolidar tu personalidad es vital para no caer en esta trampa.
10. Conocer a los individuos
Para hacer que un niño coja un caramelo hay más oportunidades de éxito si sabemos cuál es su sabor preferido. Lo mismo ocurre en otras facetas de la vida, si te gusta una chica intentarás conocer alguno de sus gustos para poder entablar conversación con ella, o si sabes que a tu jefe le gusta que los empleados lleven corbata, te esforzarás para que te vea siempre con una.
Existen muchos estudios de mercado que atienden a la biología, psicología, costumbres y comportamientos de las personas para que la confección de ciertos mensajes tengan el efecto deseado en la población.
Hoy en día, sobre todo a través de Internet, hay un montón de datos personales que navegan gratuitamente y que son usados sin piedad para manipular nuestras decisiones.
Después de esto, el mensaje es claro: hay que observar bien la realidad. No es cuestión de obsesionarse y desconfiar de todo cuanto nos rodea, pero sí es una llamada de atención personal para que tengamos siempre a mano nuestro escudo protector.
Y no hay que olvidar que esta salvaguardia se mantiene gracias a la educación, la consolidación de la personalidad, la defensa de la objetividad y la búsqueda continua de la verdad.