Hay personas a las que relacionarse socialmente no se les da bien mientras que resolver un problema matemático es algo fácil para ellos. A otras personas les ocurre lo contrario, tienen una gran capacidad para relacionarse con nuevas personas y desenvolverse bien en público.
Depende de cada persona, y aunque la mayoría nos sentimos más cómodos al lado de alguien que te hace más amena la espera en la cola de una tienda, todos deberíamos ser capaces de entender a aquellos a los que esto no les resulta tan sencillo.
El psicólogo Ty Tashiro ha escrito el libro Awkward: The Science of Why We’re Socially Awkward and Why That’s Awesome, en el que explica por qué, a pesar de lo que la mayoría piensa, no es tan malo ser raro y que no te resulte tan fácil relacionarte con otros.
De hecho, para este psicólogo hay tres razones por las que ser raro o sentirte incómodo en público es lo mejor que podría pasarte.
No volverás a sentirte mal por no saber cómo comportate en público:
1- Ven las cosas de una forma diferente
Para explicar cómo estas personas ven todo de una forma diferente, Tashiro hace una comparación en la que afirma que la mayoría de las personas ven su vida social en el centro de un escenario mientras que para los que le cuesta relacionarse la ven más situada hacia la izquierda.
Esto quiere decir que habrá cosas que pasen por alto por no mirar al centro, pero también verán con más claridad la imagen en general y podrán centrarse en pequeños detalles que el resto está ignorando. Hablar con estas personas puede darte una nueva perspectiva respecto a un problema.
2- Tienen gustos específicos
Tashiro también explica en su libro que este tipo de personas suelen centrarse mucho en las cosas que les gustan, de forma que son expertos en cosas muy específicas.
Esto se traslada a todas las partes de su vida, por ejemplo: prefieren saltarse las típicas conversaciones para romper el hielo e ir directos al grano, especialmente cuando se trata de negocios o de conseguir algo. ¿Para que dar rodeos?
3- Tienen talentos llamativos
Las personas que se sienten incómodas en público suelen tener una pasión por descubrir cómo funcionan las cosas. Este estudio para entender los diferentes funcionamientos puede llevarles a pasar horas centrados en tareas muy específicas que terminan desarrollando talentos que en el futuro les ayudarán a crear cosas nuevas e innovadoras.
Tashiro explica en su libro que todos nos sentimos incómodos en alguna ocasión cuando estamos en público y que muchas personas lo llevan en sus genes y lo heredan de sus padres. El autor afirma que estas habilidades sociales se pueden pulir poco a poco para llegar a sentirse más cómodo en tu día a día.