10 Lecciones para entender cómo funciona el amor de verdad y que explican por qué seguimos sin pareja

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Alain de Bottom es un escritor y filósofo suizo. Sus libros discuten diversos temas desde un punto de vista filosófico, acentuando su relevancia en relación con la vida cotidiana.

En este caso en concreto nos hará cambiar la concepción que tenemos sobre las relaciones de pareja, gracias a su viral ensayo y artículo «Por qué te vas a casar con la persona equivocada».

10 Lecciones de Alain de Bottom que cambiarán tu forma de entender el amor

«Es una de las cosas que más tememos que nos suceda. Hacemos todo lo posible para evitarlo. Y, sin embargo, lo hacemos de todos modos: nos casamos con la persona equivocada.»

No saber quién eres

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Alain de Bottom explica que el mundo está lleno de estímulos y distracciones que nos garantizan que no tengamos que hablar con nosotros mismos nunca, y eso puede ser un problema. Como suele decirse, «para conocer a alguien hay que conocerse a uno mismo». No sabes lo difícil que puedes llegar a ser si no te conoces.

Nadie es perfecto

Roman Kosolapov / Shutterstock

Como bien hemos dicho antes, el problema es que antes del matrimonio rara vez profundizamos en nuestras complejidades. Y cada vez que una pareja amenaza con revelar nuestros defectos, lo culpamos de ello.

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No saber querer

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El amor no es instintivo, no tenemos por qué saber a quién querer ni como hacerlo. Al contrario de lo que muchos creen, por naturaleza no tenemos por qué saber como hacerlo. De hecho, si seguimos siempre a nuestro instinto, seguiremos cometiendo los mismos errores.

Imprudencia del matrimonio

Kaspars Grinvalds / Shutterstock

«Cuanto más imprudente es el matrimonio (tal vez han pasado solo seis meses desde que se conocieron, uno de ellos no tiene trabajo o ambos son adolescentes), más seguro se puede sentir. La imprudencia se toma como un contrapeso a todos los errores de la razón, ese catalizador de la miseria, esa demanda del contador. El prestigio del instinto es la reacción traumatizada contra demasiados siglos de razón irracional.»

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Buscamos la familiaridad

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Aunque creemos que buscamos la felicidad, lo que realmente buscamos es familiaridad. Buscamos recrear, en nuestras relaciones adultas, los sentimientos de nuestra infancia.

Eso nos lleva a rechazar a ciertos candidatos, no porque estén equivocados, sino por son demasiado correctos, equilibrados, maduros o comprensivos, que nos hace sentirnos extraños.

Me tiene que entender

WAYHOME studio / Shutterstock

Es otro de los grandes mitos del amor. Nuestra «media naranja» tiene que saber cómo nos sentimos, qué nos pasa, qué nos molesta, qué nos apetece, sin necesidad de que le digamos nada.

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Aunque suene muy romántico, no es cierto y además puede ser muy problemático en una relación, porque nadie tiene que adivinar lo que pasa por nuestra cabeza.

La importancia de comunicarse

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«Para poder comunicarnos con nuestra pareja tenemos que estar relajados, tenemos que aceptar que tal vez no nos vaya a entender. Nunca lo conseguiremos a través de la humillación o haciéndoles sentir pequeños». Tenemos que desarrollar la habilidad de hacerle llegar una idea de forma que la acepte.

Años de soledad

Uno de los motivos por lo que cometemos errores a la hora de buscar pareja es porque estamos muy solos. No podemos tener un estado de ánimo adecuado para elegir un compañero de vida cuando no somos capaces de soportar el hecho de estar solos.

Se necesitan muchos años de soledad para ser lo suficientemente exigentes, sino nos conformaremos con cualquiera que nos cure esa soledad.

Buen sentimiento permanente

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Nos casamos para tener un buen sentimiento permanente. Imaginamos que el matrimonio nos hará mantener la adorable sensación que sentimos en el momento en el que lo proponemos.

Buscamos hacer permanente esa sensación, pero no nos damos cuenta que no existe una conexión sólida entre estos sentimientos y la institución del matrimonio.

No tenemos que compartir gustos

Dean Drobot / Shutterstock

La persona que mejor se adapta a nosotros no es la que comparte todos nuestros gustos, sino la que es capaz de negociar las diferencias de gustos de forma inteligente. La capacidad de tolerar las diferencias con generosidad.

«Debemos aprender a acomodarnos a la ‘incorrección’, esforzándonos siempre por adoptar una perspectiva más indulgente, graciosa y amable en sus múltiples ejemplos, con nosotros mismos y nuestras parejas.»

Fuente: codigonuevo / nytimes
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