Verdades y mentiras de la millonaria industria de la homeopatía, la alternativa que quiere sustituir a la medicina tradicional

Enlace patrocinado

Poco a poco, la homeopatía va adquiriendo popularidad entre la sociedad. Lo que hace unos años parecía ser algo relativamente innovador que muy pocos se atrevían a probar, actualmente es una práctica que cuenta con muchos defensores.

Desde el momento en que se originó esta nueva forma de sanación, también apareció el eterno debate respecto a la eficacia de esta medicina alternativa dado el «sospechoso» origen de sus tratamientos.

Después de todo, se trata de una industria que sólo en Europa genera más de 1,7 billones de euros, por lo que es normal que muchas personas se pregunten si realmente están consiguiendo una cura o simplemente malgastan su dinero en agua aderezada con un poco de azúcar.

Patricia Chumillas/Shutterstock

En el mundo de la homeopatía, se defiende que las enfermedades deben ser tratadas con productos naturales que causen síntomas similares. Así, por ejemplo, para tratar un resfriado se usaría un remedio basado en cebollas ya que estas producen los fluidos típicos de un resfriado en los ojos y la nariz.

Enlace patrocinado

Sin embargo, la parte controvertida de esta teoría es el principio que defiende que cuanto más se diluye un remedio con el agua, más eficaz se vuelve.

Aquí es donde reside realmente el conflicto con la ciencia corriente. Los homeópatas insisten en que sus remedios tienen poderes curativos mientras que los científicos dicen que no hay una sola molécula de la sustancia química original en las soluciones que usan.

¿Cómo se fabrica un producto homeopático?

ArCaLu/Shutterstock

Para producir uno de estos fármacos, un mililitro de un principio activo se diluye en 99 mililitros de agua y se agita la mezcla. Posteriormente, se toma un mililitro de la mezcla anterior, se vuelve a diluir en 99 mililitros de agua y se vuelve a agitar la mezcla.

Enlace patrocinado

El proceso se repite muchas veces hasta obtener el producto final. Los productos homeopáticos se clasifican según el número de veces que se ha repetido la disolución.

Por ejemplo, en un producto de 40 CH, la disolución se ha realizado 40 veces. Bien, pues el número de moléculas que quedan del principio activo original es cero. No queda ninguna. Es como disolver una aspirina en el océano.

Los productos homeopáticos son agua, que según los homeópatas, es capaz de reproducir las propiedades de las sustancias que han estado en contacto con ella, aunque ya no estén presentes. El proceso de disolución anteriormente descrito trata de liberar al agua del principio activo, para mantenerlo en una especie de «memoria» del agua.

Alim Yakubov/Shutterstock

Una teoría popular de por qué la homeopatía parece funcionar en ocasiones es el llamado efecto placebo. En ensayos convencionales de fármacos, hasta el 40% de los pacientes a los que se les administra un placebo mejoran porque creen que el medicamento los hará mejorar, incluso si se trata de una píldora con un mero recubrimiento azucarado.

Enlace patrocinado

Los homeópatas insisten en que sus tratamientos se han utilizado con gran éxito en niños y bebés, los cuales son demasiado jóvenes para haber desarrollado una respuesta placebo.

Otro aspecto del tratamiento es que los pacientes a menudo obtienen una consulta muy personal y detallada, lo que contrasta con los 5 minutos que normalmente acostumbramos a tener con un médico de cabecera. Los más escépticos creen que esto alivia el estrés de los pacientes y los hace sentirse mejor.

Image Point Fr/Shutterstock

Sin embargo, existen una lista enorme de personas que afirman que es un tipo de tratamiento que funciona. Louise Hamilton, una oficial de recursos humanos de 29 años de Clapham, sufrió durante 15 años un dolor paralizante a causa de una endometriosis. A lo largo de su vida se sometió a tres operaciones y a un tratamiento hormonal para aliviar su sufrimiento sin éxito. Finalmente, el dolor se agravó tanto que no era capaz de caminar.

«Únicamente podía permanecer sobre mi costado izquierdo. Sólo podía trabajar durante tres horas al día», contaba Louise.

Sorprendentemente, después de 18 meses bajo tratamiento homeopático, Louise encontró alivio donde la medicina tradicional fracasó. «Estoy convencida de que funciona, sufrí durante 15 años y ahora me siento tan bien que no he tenido que ver a mi homeópata desde hace meses».

No está muy claro si la homeopatía es una medicina extremadamente eficaz o una farsa muy bien montada. Aunque su principio fundamental parece no tener explicación científica, cada día son más las personas que defienden su eficacia.

Si al final del día muchas personas se benefician de tomar «agua con azúcar», ¿realmente resulta una práctica que debe ser perseguida por la sociedad?

Fuente: Dailymail
Enlace patrocinado