Tlahuelpuchis, las mujeres Vampiro que se convierten en animales y que aún tienen en vilo a todo México

Como ya hemos podido comprobar en otras ocasiones, además de ser extraordinariamente amplia e interesante, la mitología mexicana está bastante arraigada en la cultura actual.

Aún a día de hoy podemos observar la influencia de algunos de estos personajes en muchos aspectos de la vida cotidiana. Un claro ejemplo sería el uso común de la frase «se lo ha chupado la bruja», y es que en México aún existe la creencia de que hay brujas que acechan en la oscuridad en busca de víctimas a las que chupar la sangre.

Pero, ¿de dónde viene esta superstición?

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Tal y como ocurre con la mayoría de tradiciones mexicanas, esta leyenda tiene un origen prehispánico. En Tlaxcala concretamente, estas criaturas son llamadas Tlahuelpuchis que, en lengua náhuatl, significa «sahumador luminoso«.

Aunque originalmente las tlahuelpuchis eran una especie de nahuales con la capacidad de transformarse en animales y cometer toda clase de atrocidades, hoy en día están más relacionadas con la idea que todos tenemos de una bruja o un vampiro.  

Los dones que convierten a una persona corriente en un tlahuelpuchi no pueden aprenderse, hay que nacer con ellos. Estos pasan desapercibidos hasta la pubertad y es justo con la primera menstruación cuando se descubre el potencial de los poderes ocultos.

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Entre las habilidades más características de estas criaturas se encuentra el poder de convertirse en animales, los cuales desprenden cierta luz para advertir de su presencia.

Las tlahuelpuchis son bastante agresivas y territoriales. Contrariamente a como supuestamente hacen las brujas de otras partes del mundo que deciden vivir en comunidad y trabajar en grupo, las brujas mexicanas guardan las distancias y respetan el territorio de cada una pues son increíblemente agresivas.

Otra característica de las tlahuelpuchis es que no son capaces de atacar a sus familiares. Pero como toda regla, tiene su excepción. Estas criaturas podrán acabar con la vida de algún ser querido si este revela su secreto al resto de la sociedad.

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Respecto a sus hábitos alimenticios, las tlahuelpuchis se alimentan de sangre humana, preferiblemente la de un recién nacido ya que supuestamente en esa edad la sangre es más deliciosa. Generalmente la aparición de las tlahuelpuchis sucede entre la medianoche y las cuatro de la mañana.

Para alcanzar a sus víctimas, las brujas pueden acechar en forma de animal o desvanecerse en forma de neblina para traspasar pequeñas rendijas si la situación lo requiere.

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Se dice que entre sus poderes también se encuentran el de hipnotizar a las personas para hacer que caigan en un profundo sueño exhalando un fétido vaho a la cara de sus víctimas. En algunas ocasiones, la persona hipnotizada pierde la cabeza llegando incluso a cometer suicidio.

Aunque son criaturas nocturnas, también pueden actuar durante el día, siendo los días más fríos y lluviosos en los que desarrollan más actividad.

Como mencionamos anteriormente, los dones de las tlahuelpuchis son intransferibles. No se pueden aprender, enseñar ni heredar. Pero si una de ellas llega a ser asesinada, el asesino será convertido en tlahuelpuchi.

La única forma de ahuyentar este peligro del hogar es colocando alfileres, agujas, un cuchillo o unas tijeras abiertas debajo de la cuna de los niños, pues se sabe que estas brujas aborrecen el metal

Sin embargo, los tlaxcaltecas creen que lo más efectivo para proteger a sus pequeños es envolver dientes de ajo sobre el pecho del bebé, o bien esparcir pedazos de cebolla alrededor de la cuna.

Antiguamente, cuando una mujer tlahuelpuchi era descubierta, se la sometía a juicio popular y se la ejecutaba sin más trámite. Los rumores sostienen que la última ejecución de una tlahuelpuchi ocurrió en Tlaxcala en el año de 1973, hace tan poco tiempo que no se sabe si todavía podemos hablar de criatura legendaria o de una realidad.

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