La distimia o trastorno depresivo persistente es una forma de depresión crónica. Provoca sentimientos continuos de tristeza y desesperación y puede afectar a tu estado de ánimo y a tu comportamiento. Esto conlleva a personas que no tienen interés alguno en hacer actividades con las que disfrutaban y les cuesta mucho terminar las tareas diarias.
Si lo comparamos con la depresión, los síntomas son menos graves pero más duraderos y podrían interferir con el trabajo o las relaciones personales. Existe una combinación de terapia y medicación que podría ser eficaz en el tratamiento de la distimia. Si quieres descubrir si tienes este trastorno aquí te dejamos algunos de sus síntomas.
8 Síntomas de la distimia o el trastorno depresivo persistente
Pérdida de interés
Las cosas que antes te gustaban ahora no te interesan y vas abandonando tus aficiones y tus relaciones sociales, evitando quedar con más gente.
Alteración del apetito y el sueño
También se manifiesta en el ámbito físico, provocando alteraciones del apetito, tanto en defecto como en exceso, y del sueño, tanto la somnolencia excesiva como el insomnio.
Bajo rendimiento
Provoca un bajo rendimiento laboral ya que disminuye la capacidad de concentración.
Negatividad
Este trastorno te aporta una actitud negativa frente a todas las cosas, impidiéndote ver todo lo bueno que te ocurre a lo largo de tu vida.
Estado de ánimo
Este es el signo más claro. Se descubre cuando tienes un estado de ánimo depresivo y permaneces en esta situación unos 2 años. Este periodo se reduce a un año si se trata de un niño o adolescente.
Baja autoestima
La falta de autoestima afecta a quien sufre de distimia ya que se ve triste y desanimado y suele tener bastantes sentimientos de culpa.
Fatiga
Te deja sin energía y te sientes cansado en todo momento. Debes tener cuidado ya que este cansancio prolongado puede acompañarse de dolores de cabeza bastante intensos.
Indecisión
Este trastorno disminuye nuestra capacidad para tomar decisiones, ya que nos impide actuar con normalidad frente a situaciones que no son habituales.
De este trastorno hay personas que nunca se recuperan por completo. El tratamiento les ayuda pero no siempre termina en éxito. Si crees que tienes estos síntomas y que podrías sufrir distimia, no dudes en acudir al médico para que te haga un diagnóstico.