Nadie mejor que la propia responsable de que los cinco sevillanos de La Manada estén campando por las calles y playas de España para saber las posibilidades de fuga que tienen en mente. Ha confesado estar alicaída y preocupada tras el intento de renovación del pasaporte de uno de ellos.
La jueza que puso en la calle a La Manada, ahora está arrepentida
Seguramente éste sea el caso que más dolores de cabeza le esté trayendo a Raquel Fernandino Nosti, la jueza feminista que apostó por la libertad provisional tras sentenciar que La Manada abusó de una joven en los sanfermines de 2016. Confiesa sentirse muy angustiada y con ánimo bajo por sospechar que podrían fugarse del país.
Aunque Agustín Martínez sea la cara visible de la defensa del caso judicial más mediático de los últimos tiempos, es realmente la jueza feminista junto con otro magistrado, quienes revelan «estar angustiados» tras la evolución de La Manada en plena libertad provisional.
Los cinco acusados de abuso sexual múltiple en Pamplona siguen acudiendo semanalmente, los tres días que les corresponde, a firmar a los juzgados de guardia para mantener la tan ansiada libertad provisional. Pero dos de los magistrados que pusieron en la calle a los cinco abusadores están arrepentidos tras conocerse que el Guardia Civil quiso renovar el pasaporte.
La Audiencia de Pamplona está valorando aún si revocar o no la libertad provisional a este miembro de La Manada, tras confirmarse por parte de la Policía, la oficina del DNI y demás testigos que efectivamente sí quiso expedirse otro nuevo pasaporte. Fernandino y su compañero Ricardo González no se fían, piensan en riesgo extremo de fuga.
De volverse a valorar el acto que puso en libertad a La Manada seguramente saldría desfavorable para los cinco sevillanos, ya que la jueza, experta en torear casos de abusos sexuales a chicas, crímenes machistas y violencia femenina, siente arrepentimiento y culpa por lo que está sucediendo y está pasando por su peor momento tras pensar que hay riesgo real de huida.
Por otro lado los dos magistrados piden respeto a la ley que interpretaron y aplicaron al caso más mediático de los últimos años, y que ellos mismos condenaron a nueve años de prisión por intimidación, anulación y manipulación de la víctima, y sobre todo, por abuso sexual, que no violación, según estimaron. Luego los dejaron libres, y ahora, se arrepienten.
Polémicas fueron también las palabras del juez que pidió la absolución de La Manada hace dos meses y consiguieron entrevistar a pie de calle: