En plena reconstrucción de los hechos del fatídico día que Ana Julia Quezada asesinó y enterró al pequeño Gabriel, ha salido a relucir una declaración que ha dejado a todos boquiabiertos. La hija biológica de la asesina colaboró en la búsqueda sin saber la atrocidad que hizo su madre.
Ana Julia Quezada permitió que su propia hija buscara al niño que ella misma mató días antes
Un engaño que se le fue de las manos hasta el punto de implicar a la sangre de su sangre en una búsqueda que paralizó a todo un país. Aquel día de Andalucía, 28 de febrero, saltaba la noticia de la extraña pérdida de Gabriel Cruz en un pequeño pueblo de Almería. Toda la familia comenzó a buscarla, incluida Judith, hija de la asesina confesa.
Sabemos vida y obra de la criminal confesa del pequeño «pescaíto»: sus raíces, su familia dominicana, sus intenciones, los engaños a sus exparejas, otro presunto crimen a su hija, y el más escandaloso, el estrangulamiento de Gabriel Cruz. Lo que nadie sabía es que, además de todas las lindezas de la vida de Ana Julia, iba a implicar a su hija a sabiendas de que ella misma mató a quien estaban todos buscando.
Judith, la hija que dejó con su padre en Burgos cuando cumplió 15 años, se trasladó las semanas de la investigación al pueblo almeriense para ayudar a buscar al pequeño. Se instaló en la casa de la abuela y hasta estuvo en el lugar de los hechos, la finca donde su madre mató y enterró el cadáver del menor.
Así lo ha declarado la propia hija de la asesina confesa al juez durante la investigación que esclarecerá este desafortunado suceso. La presa ya habló de su hija en la carta que envió a El programa de AR hace unos meses y dejó claro que «no tuve fuerzas de contarles la verdad a mi familia«, según sus propias palabras.