Principio de Pareto, la regla por la que deberíamos sexo con otras personas además de nuestra pareja

¿Aceptarías una relación en la que tu pareja te dedicase el 80% de su tiempo y emplease el 20% restante en satisfacer cualquiera de sus necesidades con otras personas?

La monogamia se ha convertido en una realidad que se acepta sin cuestionarla; lo que plantea el Principio de Pareto es que tener sexo o salir con otros no tiene absolutamente nada que ver con el compromiso entre una pareja.

A pesar de que pueda parecer un poco desconcertante por su nombre, el principio de Pareto es una regla que todos usamos en nuestro día a día para realizar todo tipo de actividades.

Enunciado por Vilfredo Pareto allá por el 1896, se trata del principio de productividad que los seres humanos aplican en muchos aspectos de su vida: los alimentos que comemos, el dinero que gastamos y la forma en que hacemos ejercicio. Todo se rige por una relación numérica repartida entre 80% y 20%.

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Según este razonamiento, el plano sentimental debería regirse por las mismas reglas, y solo podríamos considerar que una relación es sana cuando cada una de las partes dedica el 20% de su tiempo a estar con otras personas.

No existe ninguna relación idílica y tarde o temprano sus integrantes experimentan algún tipo de deficiencia. Por esta razón, es prudente y saludable tener ciertos periodos de «respiro» para ambos.

«Lo que pasa en tu 20 se queda en tu 20», así funciona la Ley de Pareto.

Es aquí cuando entra en juego la regla del 80/20. Este pequeño break tiene como objetivo que cada individuo recupere la individualidad y la independencia que poseía antes de la relación a fin de que la monotonía no afecte a la pareja.

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Este pequeño respiro del 20% puede significar programar un viaje por separado, salir de fiesta sin tu pareja e incluso tener sexo con otras personas, por su puesto, sin que exista ninguna consecuencia negativa o presión por parte de la pareja.

El principio sostiene que mantener la distancia en algunos momentos no solo es beneficioso, sino que también ayuda a que una pareja supere las dificultades y estrechen sus lazos sentimentales. Según este razonamiento, el compromiso sólo es verdadero cuando dos personas están juntas debido a la felicidad que eso les provoca y no a las restricciones que se imponen.

Se debería tener la misma libertad a la hora de tener relaciones con otras personas que no sean tu pareja formal con la misma naturalidad con la que eliges qué quieres estudiar, dónde quieres vivir o dónde quieres trabajar.

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Esta forma de distribuir la autonomía ayuda a que la pareja recupere su sentido de individualidad y desarrolle su reconocimiento, lo cual aumenta las probabilidades de disfrutar más y mejor los momentos juntos.

En muchas ocasiones, la voluntad de mimetizarse con el otro hace que las personas pierdan su autonomía y su esencia. Practicar una relación 80/20 evita que esto suceda. El tiempo y las experiencias vividas de forma independiente hacen que el vínculo entre una pareja crezca adecuadamente.

Gracias a los momentos vividos fuera de la pareja, la perspectiva del espacio entre dos seres que se aman se transforma y resurge el deseo. Cuando una pareja pasa mucho tiempo junta, extrañarse se vuelve difícil y disfrutar del tiempo juntos se convierte en una obligación.

¿Qué piensas al respecto? ¿Serías capaz de mantener una relación 80/20?

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Fuente: Metro