Mirar fijamente durante 10 minutos a una persona podría tener los mismos efectos que la droga

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Un psicólogo italiano ha descubierto cómo inducir un estado de conciencia sin que haya drogas de por medio, como lo oyes. Si quiere tener una experiencia extrasensorial libre de cualquier riesgo, lo único que tienes que hacer es buscar a un amigo y mirarlo a la cara fijamente durante 10 minutos.

Así lo hizo el psicólogo Giovanni Caputo de la Universidad de Urbino, quien realizó un experimento que involucró a 20 jóvenes adultos (15 de ellos mujeres) reunidos en una habitación poco iluminada en la que debían sentarse por parejas a una distancia de 1 metro y mirar a los ojos a la persona que tenían enfrente durante 10 minutos.

La iluminación de la habitación era lo suficientemente intensa como para que los voluntarios pudieran distinguir fácilmente las características faciales de su pareja, pero lo suficientemente tenue como para disminuir su percepción global de color.

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A un grupo de control de 20 voluntarios también se les reunió en una habitación poco iluminada y se les pidió que se sentaran y mirasen fijamente hacia el frente durante 10 minutos, pero en esta ocasión debían de mirar a una pared blanca.

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A los voluntarios se les explicó muy poco sobre el propósito del estudio, sólo se les informó que estaba relacionado con una «experiencia meditativa con los ojos abiertos».

Una vez finalizados los 10 minutos, se pidió a los voluntarios que completasen unos cuestionarios relacionados con lo que habían experimentado durante y después del experimento.

Uno de los cuestionarios se centró en la recogida de cualquier síntoma disociativo que los voluntarios pudiesen haber experimentado, y el otro se centraba en qué percibieron en la cara de su pareja (grupo observador de ojos) o en la pared (grupo de control).

Al parecer, esta extraña tarea no sólo produjo experiencia extracorporales en los voluntarios, sino que incluso causó alucinaciones en las que aparecían monstruos, familiares o ellos mismos, como si de LSD o cocaína se tratase.

luxorphoto/Shutterstock

La disociación es un término utilizado en psicología para describir toda una lista de experiencias psicológicas que hacen que una persona se sienta separado de su entorno inmediato.

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Síntomas como la pérdida de memoria, ver todo en colores distorsionados o sentirse como si el mundo no fuera real pueden estar provocados por abusos, traumas o drogas como la ketamina, el alcohol y el LSD. Y ahora, al parecer, también mirando directamente la cara de otra personas.

Según los datos recogidos por Caputo, el grupo que contemplaron rostros superó al grupo de control en ambos cuestionarios, lo que sugiere que mirar a los ojos de otro ser humano ininterrumpidamente realmente tiene un efecto profundo en la percepción visual y el estado mental.

Estos resultados concuerdan con lo que Caputo observó en 2010 cuando realizó un experimento similar con 50 voluntarios que se miraron en un espejo durante 10 minutos. En aquel ensayo, después de sólo un minuto, los participantes comenzaron a ver cuando lo que Caputo describió como «ilusión del rostro extraño».

Dimitrije Puzovic/Shutterstock

Las descripciones de los participantes incluyeron deformaciones de sus propios rostros, visiones de las caras de sus padres (vivos o fallecidos), rostros arquetípicos como el de una anciana, un niño o el retrato de un antepasado, rostros de animales como gatos, cerdos o leones e incluso seres fantásticos y monstruosos.

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Entonces, ¿qué es lo que ocurre en este experimento? Parece ser que esto se debe a un fenómeno llamado adaptación neural, concepto que describe cómo nuestras neuronas pueden ralentizar o incluso detener sus respuestas a estimulaciones inmutables.

Esto sucede cuando miras a cualquier escena u objeto durante un período prolongado de tiempo, entonces, la percepción comienza a desvanecerse hasta que se parpadea o suceden cambios en la escena observada.

También puede ser rectificado mediante pequeños movimientos oculares involuntarios. De esta manera, nuestro cerebro, o más bien el funcionamiento de las neuronas, estaría detrás de esta extrañas experiencias.

El poder de nuestra mente no deja de sorprendernos. ¿Qué será lo próximo? Sea como sea, lo que sí tengo claro es que no volveré a estar frente a un espejo demasiado tiempo sin pestañear.

Fuente: Science Alert, Digest, Psy-Journal, Sage JournalScientific AmericanImagen de portada: lenetstan/Shutterstock
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