El mindfulness, también conocido como “Atención Consciente”, es una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación y varias técnicas de relajación. Una investigación ha demostrado que puede ayudar a prevenir la depresión, gestionar el estrés y tratar los trastornos del estado de ánimo.
El mindfulness busca lograr un estado de atención centralizada en un pensamiento o sentimiento como puede ser la felicidad, la tranquilidad o la armonía. Su fin es que la persona comprenda mejor sus propios estados emocionales y no quede atrapada en la negatividad.
Esta técnica, que ha ido logrando cada vez mayor popularidad, también ayuda a tomar mejores decisiones, ya que renuncias a la multitarea y te centras en el control sobre tu vida. Comienzas a aprender a disfrutar de estar parado sin hacer nada.
En nuestra cultura, la autoestima y la autorrealización están relacionadas con hacer cada vez más cosas. El problema es que, de esta manera, estamos entrenando a nuestro cerebro para vivir en ese estado de estrés y sobreesfuerzo constante. En definitiva, cuanto más hacemos, más queremos hacer.
Seguramente te preguntarás que, si el hacer constante deriva el placer, ¿por qué es algo malo? Pues bien, los estudios científicos demuestran que, cuando vivimos en ese estado, nuestros niveles de cortisol y adrenalina permanecen en niveles demasiado altos, nuestra inmunidad se reduce y la eliminación de los deshechos del cuerpo se frena, es decir, nos estreñimos.
El mindfulness te enseña a parar, a relajarte y a escuchar a tu cuerpo y a tu mente.
Para realizar los ejercicios de mindfulness, necesitarás la ayuda de un profesional, por lo tanto, lo ideal es que acudas a clases o talleres especializados. Sin embargo, puedes probar a sentarte en una posición cómoda y respirar profundamente alargando las exhalaciones. Respira unas 10 veces tratando de inhalar y exhalar cada vez más lento. Coloca las manos en tu vientre y relájate.
Como dice Viktor Frankl, «entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta está nuestro crecimiento y nuestra libertad». Por lo tanto, date un tiempo para elegir la mejor respuesta y disfruta del no hacer nada.
No esperes más para empezar a poner en práctica esta técnica y no dudes en compartirla con tus seres queridos.
Fuente: Reader’s Digest