Actualmente vivimos en un mundo extremadamente consumista que nos empuja a comprar cosas que no nos hacen falta o que ni siquiera utilizaremos. ¿Cuándo fue la última vez que compraste algo simplemente porque estaba barato y sentiste una fuerza irrefrenable por hacerte con esa «ganga»?
Estamos tan saturados debido al constante bombardeo de productos novedosos, que las grandes marcas han empezado a vendernos «experiencias» en lugar de objetos.
Ya no intentan que compremos un producto que posiblemente ya tengamos, sino la experiencia que podríamos conseguir a través de él, cuando lo cierto es que la felicidad no depende de las experiencias sino del significado que éstas tienen para nosotros.
A raíz de esta situación han surgido una nueva forma de vida austera y alejada de todos los elementos innecesarios que solo engrosan nuestro saco de posesiones, y con ello, nuestras preocupaciones.
Tenemos la oportunidad de ver un claro ejemplo de ello en Fumio Sasaki, un editor japonés que explicaba por qué decidió deshacerse de la mayoría de sus posesiones y comenzar una vida minimalista para alcanzar la felicidad.
«El minimalismo es un estilo de vida en el que reduces tus pertenencias todo lo posible. Vivir con lo esencial no solo te brinda la oportunidad de disfrutar de una habitación ordenada o facilitar la limpieza, también te hace dar un giro fundamental en la vida. Te da la oportunidad de pensar en lo que realmente significa ser feliz.»
La sociedad en la que vivimos nos ha llevado a pensar que seremos mejores cuantas más cosas tengamos. Esto hace que dependamos de una buena fuente de ingresos y que inconscientemente empecemos a juzgar a la gente por la cantidad de dinero que posee, hasta que terminamos convenciéndonos a nosotros mismos de que necesitamos más dinero para conseguir la felicidad.
Esta razón fuel la que llevó a Fumio a despedirse de casi todas sus pertenencias para poder limpiar su espíritu. «Ahora me siento más lleno de lo que nunca me había sentido antes.»
Al llevar una vida minimalista, Fumio se ha deshecho de todo lo prescindible, haciendo que cambie su forma de ver el mundo basada en prejuicios y convenciones materialistas.
«Solía comprar un montón de cosas con la creencia de que todas esas posesiones aumentarían mi autoestima y me proporcionarían felicidad. Me encantaba recoger cosas inútiles, no podía tirar nada, además, al hacerlo pensaba que me convertía en una persona interesante.»
«Un estilo de vida minimalista nos libera de las constantes comparaciones con los demás.»
«Al mismo tiempo, siempre estaba comparándome con el resto, lo que a menudo me hacía sentir miserable. En una ocasión, un amigo de la universidad que vivía en una zona de lujo de Tokio me invitó a su casa. Cuando llegué no pude evitar calcular mentalmente su sueldo al ver todos los objetos de valor poseía.
Trabajaba para una gran compañía, tenía un buen sueldo y se había casado con una mujer preciosa con la que había tenido un bebé igual de hermoso. Si habíamos sido iguales durante la universidad, ¿cómo es que nuestras vidas nos habían llevado por caminos tan diferentes? Aquella experiencia hizo que me sintiese fatal.»
«Si eres como antes lo era yo, deberías despedirte de unas cuantas cosas. Claro que existen personas que no tienen apego a los objetos materiales o aquellos que son capaces de ser felices en medio del caos que forman sus posesiones.
Sin embargo, quiero pensar en la forma en que personas ordinarias como tú y como yo pueden encontrar los verdaderos placeres de la vida. Todos queremos ser felices, pero intentar comprar la felicidad sólo dura un rato. Nos encontramos perdidos cuando buscamos la verdadera felicidad.»