La policía ha sido advertida sobre una droga tan poderosa que puede matar con una sola inhalación.
El vicefiscal general de la Agencia Antidrogas de los EE. UU. (DEA), Rod Rosenstein, emitió una advertencia sobre una droga opioide conocida como fentanilo después de que un oficial entrase en colapso tras sacudirse restos de la droga de su camisa.
«Se la sacudió de la camisa por instinto, sin pensarlo», comentaba uno de los compañeros de Chris Green, el agente del Departamento de Policía de East Liverpool afectado por la droga.
Poco después, el agente se derrumbó y cayó en redondo. Afortunadamente, otro oficial que andaba cerca los sostuvo y cuidó de él hasta que llegaron los médicos que ya estaban en la escena por un incidente anterior.
De esta forma pudieron tratarlo con naloxona, un medicamento utilizado para bloquear los efectos de los opioides durante una sobredosis. Minutos más tarde fue llevado a un hospital donde recibió tres dosis más.
A pesar de que Green logró recuperarse, Rosenstein advierte que la policía debería tomar precauciones adicionales al manejar la droga y no debería comer, beber ni fumar en lugares donde se sospeche que pueda haber fentanilo.
«El fentanilo es entre 30 y 50 veces más letal que la heroína. Tan solo 2 miligramos, el equivalente a unos pocos granos de sal de mesa, pueden ser letales», decía Rosenstein en un comunicado.
«La exposición al fentanilo puede acabar con la vida de agentes de la ley inocentes y otros equipos de respuesta. La inhalación de unas pocas partículas que queden flotando en el aire puede ser fatal. Nuestros agentes de policía y personal de emergencias enfrentan este peligro todos los días.
«No se trata de un problema hipotético. Varios agentes ya han sufrido los efectos del fentanilo en Nueva Jersey, Georgia y Connecticut.»
El fentanilo es un medicamento sintético para el dolor de 50 a 100 veces más potente que la morfina. A menudo se usa como anestésico o para el tratamiento del dolor crónico. En los EE. UU. la droga ha sido utilizada con fines recreativos desde la década de 1970.
La lección que hay que sacar de esta accidentada historia es que la policía debe usar equipo de protección que incluya guantes, protección para los ojos y máscaras cuando manipule cualquier paquete sospechoso.