Estos son los mayores misterios de la marihuana que todavía están por resolver

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Es indiscutible que la marihuana está viviendo un nuevo apogeo que parece no tener fin. Cada vez son más las personas que están a favor de legalizar la marihuana, de hecho, actualmente resulta casi tan accesible legalmente como lo fue durante el boom de los años treinta que podemos ver recogido en el estupendo film ‘Reefer Madness’.

Los constantes avances que está experimentando el mundo del cannabis podría llevarnos a pensar que investigadores y científicos tienen un conocimiento más que probado de cómo afecta el consumo regular u ocasional de marihuana a los humanos, cómo se debe usar la marihuana medicinal o qué riesgos potenciales pueden estar relacionados con el consumo de cannabis.

Lo cierto es que todavía existen muchas preguntas básicas que deben ser abordadas que aún escapan a la comprensión científica tal y como afirma Ryan Vandrey, profesor de psiquiatría que investiga la los efectos de la marihuana.

«El uso práctico y su legalización están sucediendo más rápido de lo que la ciencia puede abordar».

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Al igual que Vandrey, muchos otros expertos afirman que aunque tengamos mucho más conocimiento de la marihuana, todavía no se sabe a ciencia cierta cómo afecta su consumo al cerebro o cómo se debe realizar un uso correcto del cannabis medicinal, territorio donde la política legal ha superado con creces a la ciencia.

«Resulta bastante sorprendente que tengamos tantas preguntas sin respuesta», decía Staci Gruber, profesora de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y directora del programa de investigación de la marihuana del Hospital McLean.

El consumo de marihuana no es algo nuevo para la humanidad, y aunque su investigación puede ser realmente complicada, sobre todo por las dificultades legales que suelen estar relacionadas, existen numerosos estudios en curso que tienen como objetivo responder las preguntas más urgentes.

Marihuana: ¿droga peligrosa, vicio ocasional o medicina poderosa?

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La planta de cannabis en sí misma es un organismo fascinante que ha sido utilizada por la humanidad durante miles de años por razones que van desde el desempeño de rituales religiosos hasta el mero uso recreativo.

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Sin embargo, dentro de esa planta hay alrededor de 400 compuestos químicos, de los cuales más de 60 son compuestos especiales conocidos como cannabinoides. Se trata de un dato a tener en cuenta ya que hace relativamente poco se ha descubierto que nuestro cerebro interactúa con cannabinoides producidos naturalmente.

Estos cannabinoides endógenos (producidos naturalmente por organismos animales) desempeñan múltiples papeles sobre cada animal afectando en su estado de ánimo, apetito, memoria, conciencia, respuesta al dolor, presión arterial y un largo etcétera.

Al igual que ocurre con los cannabinoides endógenos, los cannabinoides herbarios de la marihuana utilizan el mismo sistema para interactuar con nuestro cerebro, lo que explica la cantidad de efectos diferentes que tiene la planta sobre nuestro organismo.

Aún así, todavía falta mucho para entender completamente cómo funciona ese sistema e incluso comprender cómo funcionan todos los compuestos de la marihuana.

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Entre los cannabinoides más famosos se encuentra el THC, el cual es en gran parte responsable del colocón que experimentan sus usuarios. El cannabidol (CBD) es el siguiente cannabinoide más conocido. Por ahora parece ser bastante importante en muchos usos medicinales de la marihuana.

En uno de los estudios llevados a cabo por el equipo de Gruber en el Hospital McLean (Massachusetts), los investigadores están intentando comprobar si el CBD puede ayudar a reducir la ansiedad.

«Sabemos mucho sobre el THC y estamos empezando a comprender mejor el CBD», decía Vandrey. «De unos 400 compuestos solo comprendemos con cierta profundidad estos dos.» Eso significa que hay mucho que aprender acerca de qué compuestos pueden contribuir a los efectos psicoactivos y que usos médicos potenciales pueden tener.

Cepas especiales y potencia cambiante

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Para complicar aún más la situación, hay que sumar el hecho de que los productores crean cepas de cannabis con diferentes características, especialmente buscando una mayor concentración de THC en la planta.

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Aunque no se tienen datos demasiado minuciosos, es cierto que actualmente se pueden obtener cepas más potente que antes en gran parte debido a las innovaciones en las prácticas de cultivo. Hace unos 20 años se podía considerar que una cepa tenía una concentración de THC alta si esta rondaba el 10% o 12%. Actualmente no resulta muy difícil encontrar en algunas tiendas concentraciones del 18%, 24% o incluso el 30% de THC.

Esta enorme variedad entre las plantas hace que sus efectos sobre la salud sean completamente distintos. Un posible ejemplo es que las plantas con mucho THC tienden a tener poco CBD de acuerdo con Krista Lisdahl, profesora de psicología y directora del laboratorio de la Universidad de Wisconsin (Milwaukee).

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Lisdahl piensa que esto podría ser preocupante ya que hay investigaciones que indican que los fumadores regulares de marihuana con alto contenido en CBD y bajo en THC no muestran los cambios cerebrales vistos en los fumadores de marihuana cargadas con THC.

Este fenómeno por tanto podría influir negativamente en la posible aplicación médica del CBD en algunos usuarios. ¿Qué pasará cuando la concentración de THC suba hasta el 40%, 50% o 60%?

El conocimiento común no está respaldado por la ciencia

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Mucho de lo que creemos saber no está respaldado por pruebas científicas. Existe la creencia de que el cannabis puede dividirse en cepas indicas (relajantes) y sativas (energizantes) y que luego existen híbridos de las dos, sin embargo, no hay estudios científicos que demuestren esto.

Cuando consumimos alcohol, las diferencias entre tomar una cerveza, una copa de vino y una botella de whisky escocés están claramente definidas. En la marihuana no, y por eso este hecho también complica el uso de cannabis en un contexto médico.

«Millones de personas usan diferentes tipos de productos de cannabis para fines supuestamente terapéuticos», dice Vandrey. Diferentes, cepas, diferentes concentraciones, todas consumidas de diferentes maneras.

Actualmente Vandrey está estudiando cómo afectan las diferentes maneras de consumir marihuana (oral, fumada, vapeada). Aunque todavía queda un largo camino que recorrer, ya se puede atisbar que el modo de ingesta influye enormemente en cómo las personas sienten los efectos o cómo estos se manifiesta.

¿Quién establece los estándares?

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«Todas las personas que usan productos con fines terapéuticos carecen de información sobre qué tipos de productos elegir, qué dosis utilizar o cómo se puede comparar el cannabis con otros medicamentos», según Vandrey.

Aunque sabemos que la marihuana puede ser empleada con fines médicos de forma legítima, todavía se necesita mucha más información sobre cómo afecta la marihuana a sus usuarios. Resulta muy complicado conocer los verdaderos efectos de la marihuana ya que los investigadores solo pueden suministrar a las personas que se someten a los escasos experimentos dosis mucho más pequeñas de las que realmente se utilizan.

«Es imprescindible que se establezca unos estándares alrededor de la fabricación y el etiquetado de productos», decía Vandrey.

¿Cómo afecta a los pacientes la marihuana medicinal?

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Aunque todavía no sepamos con certeza cómo interactúan todos los cannabinoides entre sí, no significa que no sepamos nada. Se ha demostrado que el cannabis puede tratar eficazmente el dolor crónico junto con otras condiciones, siendo el dolor la razón por la que la mayoría de la gente recurre a este tipo de terapias.

Aunque hay mucho que aprender sobre qué tipo de cannabis es mejor para tratar qué condición, existen razones para pensar que es eficaz. Pero, ¿cómo funciona la marihuana sobre enfermedades que todavía no tienen causas conocidas como el dolor crónico?

Los efectos de consumir marihuana diariamente

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Todavía no tenemos respuestas definitivas, pero el programa de Gruber está dedicando grandes esfuerzos para entenderlo. Los primeros datos son sorprendentes y alentadores.

En uno de sus estudios, Gruber y sus colegas están siguiendo a un grupo de usuarios de marihuana medicinal para ver cómo cambia su salud. Con los análisis que les hacen cada dos meses, ven si el producto los está ayudando, y también observan cómo les está afectando al sueño, la capacidad cognitiva y la calidad de vida. Además, están analizando también la actividad cerebral para ver si se producen cambios con el tiempo.

Sólo con estudios como éste se pueden comprobar qué tipo de efectos tiene la medicación en la vida de los pacientes. Dado que este estudio en particular es tan minucioso y centrado en pacientes mucho más mayores que los de otros estudios, podemos tener una mayor idea de como afecta el cannabis especialmente en los adultos que la usan por una razón médica.

Existen muchos datos sobre usuarios jóvenes pero muy pocos sobre usuarios con una edad media de 48 o 49 años.

Aunque es muy pronto para sacar conclusiones, los resultados preliminares mostraron que tres meses después de su tratamiento, un grupo de 24 personas mostraron una mejora significativa en las pruebas de función cognitiva.

¿Qué pasa con las personas que fuman por diversión?

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Aun se tiene menos información de los fumadores ocasionales. Cuando se examinan los «efectos» de la marihuana recreativa, es importante considerar el contexto. Una cosa es comparar la marihuana con drogas duras como los opioides y otra es compararla con sustancias como el alcohol.

Algunas investigaciones indican que la marihuana es «más segura» que otras muchas sustancias ya que se producen menos sobredosis y parece no generar tanta dependencia como puede hacer el alcohol por ejemplo. Sin embargo, esto no quiere decir que sea inofensiva.

«Algunos estudios realizados sobre personas que fuman cannabis de forma constante han mostrado que tienen una velocidad de procesamiento más lenta, puntuaciones en ciertas pruebas de aprendizaje más bajas y una capacidad de atención más pobre», decía Lisdahl.

También existen ciertos enlaces con la depresión y problemas de sueño en algunos de esos usuarios. Estos cambios se han observado particularmente en personas que comenzaron a usar marihuana antes de los 16 o 17 años.

No es algo exclusivo del cannabis. Muchas sustancias pueden dañar un cerebro en desarrollo. Aunque el alcohol parece ser particularmente perjudicial para en los cerebros de los adolescentes, existen hay cambios cerebrales únicos asociados con el uso de la marihuana.

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Aunque hay muchos estudios en marcha que nos ayuden a comprender con más claridad cuáles son los efectos reales de la marihuana, todavía se necesitarán bastantes años para que podamos llegar a unas conclusiones asentadas. Incluso entonces, muchas preguntas formuladas hoy en día quedarán sin contestar o solo rascarán la superficie.

Este artículo no está destinado a demonizar el cannabis o etiquetarlo como una planta milagrosa, simplemente es otra sustancia que más que se debe investigar para utilizarla de forma correcta que los humanos han usado durante mucho tiempo, y que puede usarse de manera negativa, positiva y neutral.

Como Gruber explicaba, «No estamos buscando lo bueno o lo malo, estamos buscando la verdad».

Fuente: Science Alert
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