Escribir bien tiene los días contados: la ciencia explica qué ocurre en el cerebro de los que corrigen las faltas de ortografía

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Los científicos han descubierto que los quisquillosos que se molestan por los errores gramaticales que encuentran por internet tienen personalidades «menos agradables» que las personas que las dejan pasar sin mayor alboroto.

Las pruebas psicológicas revelan que en general esta personas son menos abiertas y más propensas a juzgar a los demás por sus errores. En otras palabras, son exactamente quienes creías que eran.

Puede sonar bastante obvio, pero esta es la primera vez que los investigadores han podido demostrar que los rasgos de personalidad de una persona realmente pueden determinar la forma en qué responden a los errores tipográficos y gramaticales, y podría enseñarnos mucho sobre cómo se comunica la gente por internet.

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«Este es el primer estudio que muestra que los rasgos de personalidad de los lectores tienen un efecto sobre la interpretación del lenguaje», dijo la investigadora principal Julie Boland de la Universidad de Michigan.

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Los investigadores tomaron a 83 participantes y les pidieron que leyeran las respuestas a un correo electrónico sobre un anuncio en el que se buscaba un compañero de piso. Algunas de las respuestas no contenía errores mientras que otras habían sido alteradas para incluir errores ortográficos (por ejemplo, «elal» en lugar de «ella») o algunos fallos gramaticales.

Esos 83 participantes debían juzgar a las personas que habían escrito los emails basándose en la inteligencia, amabilidad, y otros atributos que percibieron a través de la carta con el fin de estimar si esas personas serían o no buenos compañeros de piso.

{keyword}También se les preguntó al final del experimento si habían detectado errores gramaticales o errores tipográficos y, en caso afirmativo, cuánto les había molestado.

Los investigadores solicitaron a los participantes que completaran un test de personalidad que se utiliza comúnmente para clasificar el grado de amabilidad, extraversión, neuroticismo y responsabilidad de cada persona, y más tarde a responder algunas preguntas que tenían que ver con su edad, antecedentes y actitud hacia el lenguaje.

En general, todo el mundo clasificó como peores compañeros de piso a las personas que tuvieron errores tipográficos respecto a aquellos que tuvieron una ortografía y una gramática perfecta. Sin embargo, había ciertos ciertos tipos de personalidad que eran más duras a la hora de juzgar los errores de los demás.

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{keyword}Por ejemplo, los extravertidos eran generalmente mucho más propensos a pasar por alto tanto la mezcla de la gramática como los errores tipográficos, mientras que los introvertidos eran más propensos a juzgar a los solicitantes negativamente por esa misma razón.

Por lo general, las personas con personalidades menos agradables se molestaron más por los errores gramaticales. «Tal vez porque las personas menos agradables son menos tolerantes con las cosas que se salen de lo establecido», escribían los investigadores.

Curiosamente, lo neurótica que es cada persona no afectó en cómo interpretaban los errores.

Dean Drobot / Shutterstock

Las diferencias recogidas en la investigación fueron bastante sutiles y por otra parte, el número de participantes es demasiado reducido com para tomar los datos como algo general. Sin embargo, los resultados no respondían a ningún patrón de edad o educación, lo que sugiere que son los rasgos de la personalidad los que desempeñan esa función.

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Por ahora se necesitan realizar más investigaciones para confirmar estos vínculos.

‘Asín’ que ya sabes, si te ha molestado demasiado el «asín» de esta frase, quizás seas demasiado borde…

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Fuente: Sciencealert, MichiganNews, PlosImagen de portada: skulldog06 / Flickr
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