Descubren un gusano capaz de salvar la tierra de la contaminación que está provocando el ser humano

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El gusano de la cera, una oruga comúnmente utilizada como cebo de pesca y odiada por los apicultores por dañar enormemente las colmenas, podría esconder en su organismo el secreto que nos permitiría acabar con el polietileno de forma natural.

De ser así, conseguiríamos eliminar uno de los plásticos más resistentes y utilizados que con frecuencia inunda los vertederos en forma de bolsa de plástico.

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La científica Federica Bertocchini, del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (España), fue la primera en percatarse de las habilidades de estos gusanos.

Tras desparasitar sus colmenas, la científica introdujo los gusanos en una bolsa de plástico, la ató y la guardó en una habitación de su casa mientras terminaba su tarea. Cuando regresó a la habitación, pudo comprobar que los gusanos estaban por todas partes. Habían conseguido escapar creando una salida por medio de sus mandíbulas.

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En colaboración con Paolo Bombelli y Christopher Howe, de la Universidad de Departamento de Bioquímica de Cambridge, Federica llevó a cabo un experimento cronometrado en el que se midió la velocidad con la que un centenar de gusanos de la cera eran capaces de eliminar una bolsa de plástico regular.

Los agujeros comenzaron a aparecer después de 40 minutos, y tras 12 horas se produjo una reducción de 92 mg de la masa de plástico de la bolsa.

Según los científicos, la tasa de degradación es muy rápida en comparación con otros descubrimientos recientes como las bacterias reportadas el año pasado que biodegradaban algunos plásticos a una velocidad de tan sólo 0,13 mg por día.

Actualmente, el polietileno se utilizas para fabricar la mayoría de los envases, llegando a representar hasta el 40% de la demanda total de productos de plástico en Europa, de los cuales, el 38% termina en los vertederos.

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Una vez allí, las bolsas de plástico no se descomponen hasta que pasa mucho, mucho tiempo. Según algunos investigadores, las bolsas y otros envases de polietileno podrían tardar entre 100 y 400 años en degradarse naturalmente.

Por esta razón, no es la primera vez que se busca una sustancia capaz de degradar biológicamente los materiales plásticos. En 2011, los investigadores encontraron un hongo que podía erosionar el poliuretano, otro plástico que comúnmente se acumula en los montones de basura y los océanos de todo el mundo.

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Para asegurarse de que los gusanos no sólo masticaban el plástico, sino que lo comían, los investigadores aplastaron algunas de estas larvas y los untaron sobre el plástico. Después de 14 horas, alrededor del 13% del plástico había desaparecido, lo que sugiere que algún compuesto del sistema digestivo de estos animales realmente digiere la bolsa.

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Tras realizar un análisis espectroscópico para mostrar cómo se rompían los enlaces químicos del plástico, los investigadores pudieron comprobar que los gusanos transformaban el polietileno en etilenglicol, el compuesto principal del anticongelante, confirmando así la degradación del plástico.

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Una vez más, la naturaleza podría dar la respuesta a un problema de la humanidad. Al parecer, la cera de abejas sobre la que se crían estos gusanos funciona como una especie de polímero, algo así como un ‘plástico natural’, que cuenta con una estructura química muy parecida a la del polietileno.

El plan de los investigadores ahora es tratar de identificar los procesos moleculares que causan esta reacción con el objetivo de aislar la enzima responsable.

Aunque el descubrimiento está lejos de convertirse en una solución definitiva para eliminar los desechos plásticos, este descubrimiento podría ser empleado para idear una solución biotecnológica a escala industrial para la gestión de desechos de polietilenos.

{keyword}«Si una sola enzima es responsable de este proceso químico, su reproducción a gran escala utilizando métodos biotecnológicos debe ser alcanzable», comentaba Paolo Bombelli.

«Estamos pensando en poner en práctica este hallazgo de forma viable para deshacernos de los residuos plásticos y buscar una solución que salve a nuestros océanos, ríos, y todo el medio ambiente frente a las consecuencias inevitables de la acumulación de estos indeseosos materiales», concluía Federica Bertocchini.

Fuente: Quartz
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