Como ya sabrás, el consumo de alcohol está vinculado a un sentimiento de falsa seguridad que nos lleva a desinhibirnos y sentirnos eufóricos, por no hablar del tópico popular que afirma que, mientras más alcohol tengamos en vena, mayor será el atractivo de la persona que tengamos al lado.
Bueno, pues resulta que, a pesar de que era algo que todos habíamos comprobado de forma empírica, después de todo, ¿cuántas veces nos ha parecido más atractiva una persona tras unas copas de más? La ciencia se ha encargado de comprobar científicamente la veracidad del fenómeno conocido como «gafas de cerveza».
Sin ir más lejos, en un estudio que pretendía probar esta teoría, los investigadores encuestaron a estudiantes universitarios de ambos sexos y les pidieron que calificaran su atracción por varias personas del sexo opuesto.
Con ayuda de un alcoholímetro, los investigadores pudieron comprobar que, cuanto más borrachos estaban los estudiantes, mayores eran las calificaciones que daban.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en ‘The Journal of Social Psychology’ añade un giro interesante a ese experimento al sugerir que las ‘gafas de cerveza’ no sólo aumentan la atracción directa de hombres y mujeres por el sexo opuesto, sino que también lo hacen entre las personas de su mismo sexo.
Para realizar este estudio, los investigadores se acercaron en algunos bares a 83 adultos heterosexuales a altas horas de la noche y les pidieron que completaran una encuesta.
Además, también les hicieron ver un vídeo de 40 segundos en el que aparecía un hombre o una mujer físicamente atractivos en un bar bebiendo y charlando con un camarero. Después, evaluaron cuánta era su predisposición para realizar diversos «tareas» con la persona mostrada en el vídeo, desde comprarles una bebida hasta mantener relaciones sexuales.
No es ninguna sorpresa que los hombres se mostrasen más interesados cuando el vídeo enseñaba a una chica en lugar de un chico, aunque si resultaba curioso comprobar que los hombres también expresaron más interés sexual en general que las mujeres, hecho que coincide con un experimento social que sugería que los hombres tienden a estar más abiertos a las relaciones sexuales casuales con extrañas. Pero entonces las cosas se pusieron muy interesantes.
Los investigadores analizaron cuál era la relación entre la cantidad de alcohol consumida y el interés sexual que despertaba en las personas. Los resultados determinaron que los hombres estaban igualmente dispuestos a tener relaciones sexuales con el género femenino sin importar lo poco o lo mucho que hubieran bebido.
Básicamente, el alcohol no parecía afectar en si los hombres querían mantener relaciones sexuales con una mujer atractiva.
Lo curioso de este estudio es que los resultados mostraron que cuanto más bebían los chicos, más interesados estaban también en el género masculino. Mientras que los chicos que no habían bebido nada afirmaron no tener interés alguno en otro hombre, los que dijeron haber tomado unas diez copas mostraron casi tanto interés en los hombres como en las mujeres.
Por el contrario, los resultados fueron un poco diferentes para las mujeres. Mientras que el interés de los hombres por el sexo opuesto no cambió dependiendo de la cantidad de alcohol, sí que lo hizo en el género femenino.
Las mujeres sobrias expresaron un interés muy bajo en el tipo del vídeo, pero cuanto más bebían, más interesadas se volvían. Su interés por el objetivo femenino siguió el mismo patrón. En otras palabras, a medida que las mujeres consumen más alcohol, se vuelven más sexualmente interesadas en personas de ambos sexos.
¿Por qué el alcohol parece aumentar el interés de las personas heterosexuales en experimentar con personas de su propio sexo? Es probable que tenga algo que ver con el hecho de que el alcohol lleva a una inhibición general, lo que nos llevaría a considerar como algo normal cosas que de otra forma no las haríamos.
Dicho de otra manera, cuando estamos borrachos, dejamos de preocuparnos por lo que se supone que debemos hacer. Esto puede llevarnos a decir o hacer cosas que normalmente nos avergonzarían.
Experimentar con una pareja del mismo sexo es una de esas cosas, dado que generalmente se considera un tema tabú, especialmente para los hombres. En Estados Unidos, por ejemplo, se tiene mejor visto la bisexualidad femenina que la masculina, es por esto que muchos individuos que tienen inclinaciones bisexuales se sienten obligados a ocultar sus preferencias.
Lo cierto es que la gente no termina de entender que hay personas que no encajan el grupo heterosexual o el gay. Una evidencia de ello es que investigaciones recientes han encontrado que un número sorprendentemente grande de hombres heterosexuales reportan ver pornografía gay y tener fantasías homosexuales.
Debido a que hay mucho estigma asociado a la bisexualidad masculina, este deseo de experimentar con el mismo sexo permanece oculto la mayor parte del tiempo (es decir, cuando estamos sobrios).
Por supuesto, hay un montón de interés entre mujeres del mismo sexo, de hecho, la investigación sugiere que la bisexualidad es aún más común en las mujeres que en los hombres.
Pero mientras que los hombres solo sienten presión por ocultar sus deseos por el mismo sexo, las mujeres se sienten obligadas a ocultar todos los deseos sexuales. Este doble estándar nos ayuda a entender por qué las mujeres sobrias no reportaron mucho interés sexual en nadie.
Quizás ahora no debería sorprendernos que el alcohol aumente la atracción de personas que se identifican como heterosexuales hacía otras del mismo sexo. El alcohol podría ser el detonante que haría que hombres y mujeres desatasen sus verdaderos deseos sexuales.