La normalización de la diversidad en la forma de los cuerpos y, sobre todo, de la obesidad, es un tema candente que está a la orden del día y que cada vez tiene más embajadoras alrededor del mundo.
El ‘body positive’ es un movimiento que no ha tardado en instalarse en la sociedad para dar un mensaje de empoderamiento y para tratar de que nos demos cuenta de que somos diferentes y eso es lo que más nos gusta.
Toda mujer con talla 42 o cuya cintura mida más de 95 centímetros, tiene ganado el título de mujer curvy, un título que te permite callar a los gordofóbicos pero que aún no está del todo consolidado.
Si bien es cierto que la obesidad y el sobrepeso se están normalizando, no debemos olvidar que no dejan de ser una cuestión sanitaria. Está genial que se interiorice y se aprueben a las ‘curvys’ como un nuevo canon de belleza, pero debemos tener cuidado.
El 53% de la población española se encuentra por encima de su peso, donde el 45% de las mujeres sufre este problema. Además, la obesidad afecta a casi un 17% de la población, lo que es un dato alarmante que no debemos dejar pasar.
Lo que puede ser es que estemos intentando evitar utilizar la palabra ‘gordo’ usando el término ‘curvy’. Por una parte también se ha creado un negocio alrededor de este termino que ha podido difuminar la verdadera lucha que los modelos de estas condiciones tenían al principio de todo esto.
Hoy día, todo lo que no entre en una talla 34 de pantalón es una persona que tiene sobrepeso y que no cumple con las normas de belleza establecidas, pero siempre hemos querido alcanzar la normalización de todos los cuerpos.
La verdadera cuestión es si estamos haciendo todo lo posible por hacer que esto deje de ser un negocio. Lo más importante es que aún hay gente que lucha en contra de los cánones establecidos, porque siempre hemos creído que las normas están para saltárselas.