Anna Göldin, una de las últimas brujas de Europa condenada por salvar a su amante

Enlace patrocinado

Anna Göldin fue una sirvienta en el cantón de Glaris, Suiza, conocida por ser una de las últimas mujeres ejecutadas por brujería en Europa.

La historia comenzó cuando la chica, nacida en una familia pobre en 1734, se mudó de Sennwald a Glaris. El motivo de su cambio fue que tras haber tenido dos partos bastante complicados, ambos bebés murieron apenas dos meses después de nacer.

{keyword}
Dbachmann / Dominio público

Los rumores sobre que Anna los había asesinado para romper las relaciones con sus respectivos padres, quiénes a parte tenían sus propias familias, fueron tan constantes que decidió mudarse en busca de una vida más pacífica.

Allí ejerció empleos de criada. Primero trabajó en casa de los Zwicky, y después en la del doctor Johann Jacob Tschudi para encargarse de sus cinco hijas, donde finalmente fue denunciada.

Enlace patrocinado

El motivo de la denuncia fue que se le acusaba de haber embrujado a la segunda hija, que en ese momento tenía 8 años. Aseguraron haber encontrado agujas y objetos punzantes dentro de su comida; por lo que la niña había caído enferma.

Acusada de practicar la magia negra sobre la niña, fue arrestada y trasladada a Glaris para ser sometida a tortura, para que confesara sus pactos con el diablo. Anna Göldin terminó por reconocer los hechos que la imputaban.

Shaiith / Shutterstock

Sin embargo, la verdadera historia parece que fue bien distinta. Anna, nada más entrar en casa del doctor Johann Jacob Tschudi, quedó flechada de la elegancia del hombre. Cuando éste empezó a corresponderle el sentimiento, fue cuando él y su esposa denunciaron a la chica. Cuando la echaron de la casa, esperó que Johann no la dejara desamparada, no quería otra decepción amorosa; pero por desgracia, nadie la apoyó.

Desde aquel momento, Anna Göldin tuvo que ver a su amado a través de los barrotes de la prisión, y siempre con el rostro oculto.

Enlace patrocinado

Pero los juicios por brujería comenzaban a ser impopulares en la época, por lo que el caso de Anna fue uno de los últimos que se conocen. Cuando le preguntaron si había cometido el crimen, ella no dudó en decir que lo había hecho por amor, y que había intentado asesinar a la niña con agujas que le había proporcionado el Diablo.

{keyword}
Patrick Lo GiudiceCC BY-SA 2.0 DE

Como el tribunal quería evitar dicha mención, en lugar de ser condenada a ser quemada viva (que era el castigo tradicional a las condenadas como brujas), se le sentenció a decapitación pública.

Pidió que la dejaran libre porque había mentido para estar cerca de su amado, pero nadie la escuchó, y la obligaron a decir que el diablo la había seducido y la tenía poseída. Finalmente, fue ejecutada el 18 de junio de 1782.

Enlace patrocinado

En 2007, el Parlamento suizo le dio un reconocimiento mundial y aseguró que no había sido una bruja. Ahora, cuenta con un museo en su honor. Algo es algo, aunque fuera demasiado tarde para salvar su vida.

Imagen de portada: Patrick Lo GiudiceCC BY-SA 2.0 DEFuente: wikipedia / elpais
Enlace patrocinado