Tras su detención el pasado domingo 11 de Marzo y el interrogatorio, Ana Julia ha terminado reconociendo que es la autora del crimen que ha tenido en vilo a toda España durante más de 12 días. Tras un día completo guardando silencio, la criminal ha confesado que lo asesinó tras una fuerte discusión con él hasta estrangularlo, desnudarlo y enterrarlo.
La asesina se defiende alegando defensa propia con un niño de ocho años
Mientras todo un país daba el último adiós al «Pescaíto», Ana Julia reconstruía junto a la Guardia Civil los pasos hasta llegar a asesinar al hijo de su propia pareja. Según manifiesta, trasladó al niño a la finca familiar de Rodalquilar «para dibujar», pero eso nunca ocurrió.
Según aporta la investigación, la asesina reconoce golpear al pequeño con la parte roma del hacha que Gabriel tenía en ese momento en la mano tras una fuerte discusión. Se puede evidenciar por tanto la tensa relación entre el niño y la criminal tras este acontecimiento; tras dejarlo inconsciente lo estranguló hasta matarlo.
Insisten los investigadores que «actuó sola» y, según reconoce, en defensa propia. En socorro de un niño de tan sólo ocho años, que sin conocer más datos que los que aporta la propia asesina, fue voluntariamente a la casa de sus padres para «pintar». Se puso nerviosa, dice, lo asfixia, lo desnuda y lo entierra en una acequia entre ramas.
Hasta este momento los investigadores no han encontrado el supuesto hacha con el que dice haber golpeado al niño. Si encontraron sin embargo la ropa con la que desapareció el 27 de febrero, la sudadera roja, pantalón de chandal negro y sus zapatillas en un contenedor a 30 kilómetros del lugar del crimen, en la urbanización Retamar.
¿Pretendía inculpar al padre, su propio novio?, ¿Iba a trocear al niño para esparcirlo?, como titula el diario La Razón en portada. Son muchas incógnitas que aún no se han desvelado, como tampoco se sabe el móvil real del asesinato, a pesar de alegar defensa propia tras un presunto ataque del pequeño de ocho años a una mujer de 43 años.
También nos preguntamos muchos por qué no se examinó la finca de Ángel y Patricia, que además, tanto frecuentaba Ana Julia antes, durante y después de la desaparición.