Aunque el sexo no sea lo único importante en una relación, para muchos es un punto clave para que esta funcione. Sin embargo, es muy frecuente que las parejas tengan distintos niveles de deseo a lo largo de los años. Por suerte, en la mayoría de los casos tiene una solución más sencilla de la que imaginamos.
7 Consejos de terapeutas sexuales para volver a «encender la llama» en la pareja
No te des por vencido
Ian Kerner, psicoterapeuta y consejero de sexualidad, explica que no hay que deprimirse cuando eres tú el que tiene más deseo sexual que tu pareja, sino todo lo contrario, ponerle más ganas.
«La persona con mayor deseo sexual suele sentirse frustrada y rechazada, con lo que se va creando una disposición sexual más impaciente, inestable y temperamental. Esto solo empeora la situación sexual o hace que el miembro de mayor deseo desista, lo que también es malo. Lo mejor que puedes hacer es no darte por vencido. Eso significa tratar de propiciar el momento sexual a través de actos de intimidad positivos«, nos confiesa.
No tiene por qué ser una relación tradicional
Tener ‘menos deseo’ no significa no tener ninguno. A veces, el problema es que esa persona no quiere una relación sexual tradicional, de principio a fin, como imaginamos. Puede ser que en algunos momentos solo le apetezca una sesión de besos, caricias o otro tipo de prácticas que pueden ser muy placenteras.
Lo importante es que sea satisfactorio para ambos y disfrutéis del momento. Tenéis que llegar a un punto medio.
No critiques ni presiones
En un momento delicado como este, es clave evitar los reproches, las críticas o tratar a toda costa de conseguir la atención deseada; lo único que conseguirá es agravar el problema.
Según Danielle Harel, terapeuta y coautora del Método Somatica, «el desajuste en la libido crea con frecuencia un ciclo vicioso por el que la persona con más ganas de sexo se queja y critica al otro miembro o lo compara con otras parejas, haciendo que se acueste casi por obligación y cada vez con menos ganas».
Averigua de dónde vienen los problemas
La comunicación es muy importante en todos los aspectos de una pareja, por eso hay que conversar y preguntar, para saber qué es lo que le pasa por la cabeza a nuestra pareja. Quizás esté estresado, deprimido, o tenga algún tipo de problema que le impide desarrollar deseo sexual.
Elizabeth McGrath, terapeuta y educadora sexual recomienda: «Tienes que pensar en los posibles obstáculos de la vida, emocionales o psicológicos, que pueden afectar a la libido. Si tu pareja lleva todo el día cuidando de otras personas, por ejemplo, puede que no esté lista para el sexo hasta que haya tenido un momento para cuidar de sí misma, desconectarse del mundo y recargar las pilas».
Sincérate sobre tus necesidades
Es uno de los puntos más importantes. Sufrir en silencio una frustración sexual solo conseguirá agravar el problema. El primer paso para tratar de solucionarlo es hablar de lo que está ocurriendo.
Según Keeñey Rankin, tienes que decirle a tu pareja que te gustaría tener relaciones sexuales más a menudo y ver cómo reacciona. «Presta atención a lo que te diga, a cómo se siente y a lo que quiere la otra persona».
Turnaos para llevar la iniciativa
Moushumi Ghose, terapeuta sexual propone: «Si estáis atascados en un ciclo de propuesta y rechazo, pregúntale a tu pareja si le gustaría empezar de vez en cuando. Establecer turnos, que un día empiece uno y luego, otro, aunque el objetivo final no sea llegar al orgasmo».
Busca ayuda externa
Si ya habéis puesto en práctica todo lo anterior y aún así no habéis conseguido solucionar el problema, deberíais recurrir a otra tipo de ayuda, por ejemplo, la de un especialista. Si todavía hay amor y atracción entre vosotros, adelante.
Muchas veces el estrés, el cansancio o las responsabilidades pueden mermar la libido. Pero no desesperéis, si hay amor y comprensión, todo tiene solución.