7 Típicas cosas que los hombres no soportan en el sexo

Desde siempre ha existido el mito sexual que, simplemente porque los orgasmos masculinos hayan sido tristemente priorizados por encima del de las mujeres, todo hombre encuentra el éxtasis en cada relación.

Siempre es la mujer la que se queda mirando de reojo decepcionada mientras que el chico está sonriendo alegremente porque tiene el pene dentro de algo.

Bueno, ¿pues sabes qué? ¡No es cierto! Hay muchas cosas que los hombres odian de las relaciones sexuales. ¿No me crees? Perfecto, a continuación te mostramos una lista para convencerte de lo contrario.

7 Cosas del sexo que los chicos odian en secreto:

1- Tenemos que conseguir tener una erección más veces de las que te imaginas

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Giphy

En muy raras ocasiones es suficiente con una erección por cada encuentro sexual. El camino a seguir para mantener una relación sexual (especialmente las primeras con alguna persona) es algo así como una montaña rusa de fogosidad que sube y baja hasta que se llega a la cumbre.

Empiezas a besarte (¡ya estoy preparado!), luego te detienes a hablar (adiós erección…), luego comienza el tocamiento de mutuo, (¡Ya estoy de nuevo!), pero ahora viene una pausa para orinar (Oh, voy a esperar intentando que la cosa se mantenga arriba). Nuestros penes no son camas de hospital motorizadas que puedes subir y bajar con un interruptor.

2- Tenemos que lidiar con varios problemas a la hora de desnudarnos

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Cuando la cosa se caldea lo suficiente, por lo general el tipo comienza quitándole la camisa a la chica. Luego, en un alarde de fe, pasa a desabrochar el sujetador esperando no hacer el ridículo. Entonces, ella desabrocha la camisa del hombre, y él se encarga de quitarse los pantalones. Pero luego está la cuestión de los zapatos.

Ninguna mujer se encarga de quitarle los zapatos al hombre. Es normal ver a los hombres desabrochando zapatos o al menos tirando de ellos para facilitarle las cosas a la chica, sin embargo, ¿cuántas veces ocurre lo contrario? Nunca.

Siempre pasa lo mismo. Tenemos que soportar la mirada de resignación con la que nos observan las mujeres al ver que los pantalones se quedan atascados a la altura de los zapatos. ¡No es nuestra culpa!

3- Orinar con una erección es más difícil que criar a un niño

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¿Alguna vez has tratado de orinar con una erección? No, no lo has hecho, y es horrible. Tienes que estar de pie frente al inodoro intentando empujar hacia abajo un pene que no para de mirar al techo.

Por si no fuese suficiente aguantar el dolor que eso supone, a la vez tienes que forzar a la orina que no quiere bajar por la uretra, ya que la vejiga se bloquea una vez que el pene se prepara para eyacular.

4- Siempre tenemos que adivinar cuándo es el momento adecuado para hacerlo

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Aunque los dedos son unos detectores de humedad bastante aceptables, no son infalibles ni siempre utilizados. El ochenta y cinco por ciento de las veces, si hay buena comunicación solemos acertar a la hora de iniciar la fiesta. Sin embargo, en otras ocasiones te das cuenta de que te apresuraste demasiado y te sientes estúpido e irrespetuoso.

5- No siempre es tan satisfactorio

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¿Creías que las mujeres eran las únicas que podían acabar decepcionadas en la cama? Supongo que nuestra insatisfacción se deriva de la incapacidad de cualquier hombre promedio para tomar cualquier decisión y también a nuestras altísimas expectativas generadas a un alocado consumo de pornografía (por lo que tal vez nosotros seamos los culpables).

Hoy en día, hay tantas posiciones y técnicas para probar que terminas volviéndote loco. Siendo honestos, de las 80 cosas que quieres practicar, probablemente llegas a practicar 4. Así que tenemos que escoger lo que queremos de cada encuentro y hay veces que te sabe a poco.

6- No eyacular es más difícil de lo que te puedes imaginar

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Un día, los hombres evolucionarán y desarrollarán un mecanismo con el que programar la expulsión de semen, pero hasta entonces, aguantar la primera oleada de entusiasmo es un desafío muy difícil de completar. Comienzas a tener sexo estando súper encendido y entonces tienes que apagar todos los impulsos que te incitan a acabar.

Claro, una vez que el ansia de placer pasa, es genial, pero el primer minuto de sexo es un infierno. No es tan divertido como parece.

7- Siempre esperas que termine

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Es inútil esperar que ella siempre terminará con una explosión orgásmica. Siempre debemos poner todo de nuestra parte, pero si ella dice que no va a suceder, mejor será que confies y lo superes.

Las preguntas que llegan a continuación nunca tienen respuesta. «¿Qué?» «¿Por qué?» Nunca se sabe. A veces solo sucede y es mejor no darle demasiadas vueltas.

¿Cuándo fue la última vez que le quitaste los zapatos a un hombre? Apuesto a que ni siquiera te acuerdas.

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Fuente: Cosmopolitan