¿Sabes cómo excitar a una mujer? Probablemente sí. Pero, ¿y si te decimos que no puedes usar caricias ni besos, ni siquiera tocarla? Se complica la cosa, ¿verdad? ¿Quieres saber cuál es el secreto para conseguirlo? Todo se reduce a la imaginación.
Cómo excitar a una mujer sin tocarla
¿Cómo se consigue encender la imaginación sexual de una mujer?
Hay muchas maneras de conseguir que una mujer empiece a imaginar temas sexuales. Puedes empezar preguntándole acerca de algo sexual, pero sé sutil, no empieces a tope o puede que no se lo tome bien.
Por ejemplo, un buen tema pueden ser los besos. De esta forma, su cabeza empezará a imaginárselos, e incluso podría empezar a excitarse un poco. Si ves que no se suelta, y te responde de forma escueta, pregúntale más. El objetivo es conseguir que se imagine los detalles.
Pasos a seguir para seducirla
Sedúcela en persona
Lo primero que tienes que hacer es crear un ambiente romántico. Si ves que responde bien, sube al siguiente nivel y empieza a mandarle mensajes un poco subidos de tono. Cuando lo hagas en persona, baja el tono de voz y acércate a su oído. Crearás un ambiente erótico.
Crea un ambiente erótico
Los detalles son los que crean un ambiente cómodo y sexual. Coloca una luz tenue, con velas, una cena con alimentos afrodisíacos, un perfume suave y fresco, y un poco de música suave y sensual de fondo. Échale imaginación.
Hazla sentir especial
Hazla sentir única y especial, no como un objeto sexual. Dile que has pensado en ella durante todo el día, muestra interés por su trabajo, sus aficiones, su vida en general; hazle cumplidos. Si sonríe y se sonroja, es porque vas por el buen camino.
Dile que la deseas
Si a todos los pasos anteriores ha respondido bien, ahora puedes decirle lo mucho que la deseas. Piropéala, dile lo que te encantan sus ojos, la forma en que camina, lo bien que le sienta ese vestido, o lo bien que huele su pelo. Halaga su cuerpo, que se sienta sexy y atractiva.
Dile lo que le harías
Si todo lo demás ha ido bien, deja volar tu imaginación y dile lo que te gustaría hacerle, dónde se lo harías y las ganas que tienes de hacerlo. Empieza siendo un poco más sutil y ve subiendo el tono de la conversación a medida que vayas recibiendo respuesta. En este momento, ya ha caído rendida a tus pies.
A veces, nos dejamos llevar por lo físico, sin darnos cuenta de que el órgano sexual más potente es el cerebro. En él residen la imaginación, la sensualidad, la excitación. No es necesario tocar a alguien para hacer que se muera por tus huesos.