Muchas familias hacen sus propias postales navideñas con fotos de ellos. Los Stanleys decidieron ir un paso más allá y dar todo de sí mismos para felicitar esta época del año a us familia y amigos. Estos padres, de Carolina del Norte, han estado captando junto a sus hijos la esencia de la vida «real» en familia y enviándosela cada año a todos sus seres queridos.
Han querido captar el caos que es tener hijos
«La primera vez que intentamos tomar una foto de una tarjeta de Navidad tradicional obtuvimos resultados tremendamente malos«, contaba Jonathan Stanley. “Éramos padres novatos con un niño de un año y todo salió mal: el bebé lloró todo el tiempo, hacía viento, la iluminación cambiaba, lo que sea. Si 2 de nosotros se veía bien, el tercero parpadeaba».
«Nos reímos tanto de lo mal que estaban las fotos que decidimos enviarlas como estaban y a nuestra familia le encantó. De ahí nació la tradición: en lugar de intentar enviar tarjetas perfectas, enviaríamos algo que representaba el caos de la crianza de los hijos «, explicaban.
«Al principio, creo que mi esposa puso los ojos en blanco y dijo que estaba bien», comentaba Jonathan. «No tenía idea de si una escena organizada tendría sentido o sería divertida, pero decidimos hacerlo y funcionó«. Aunque estos padres tienen que asegurarse de que sus hijos entiendan que las postales son ficción para que no intenten hacer esa cosas solos.
La magia de las tarjetas de la familia Stanley es que a priori parecen normales, pero cuando te acercas, te das cuenta de que la familia es un caos. «También intento asegurarme de que sea lo más realista posible, la mayoría de la escena está grabada de manera práctica y trato de minimizar el Photoshop requerido para obtener los mejores resultados».
«La parte más difícil es lograr que los niños se vean en el lugar correcto y mantengan la postura correcta, especialmente cuando eran más pequeños», explica Jonathan.
«Usamos muchos trucos, como colocar campanas en un palo y luego mantenerlo donde debe estar su línea de visión, etc. También nos aseguramos de que no golpeen el trípode mientras disparamos, es más fácil decirlo que hacerlo cuando tienes a dos niños corriendo», comentaba, ya que hacer las fotos no es tarea fácil.
Ademas, Jonathan explica que llegamos a este punto «Nuestros amigos y familiares se sentirían muy decepcionados si volviéramos a una tarjeta normal en este momento». Por lo que cabe esperar que la familia va a seguir tiendo postales tan divertidas como estas durante un tiempo.