Siempre se ha dicho que el amor es inexplicable, y de la misma forma, es también un sentimiento poderoso e incontrolable que viene y va como le place.
Por desgracia, dar rienda suelta a nuestro amor puede ser dañino y contraproducente. En muchas ocasiones, incluso somos conscientes de que debemos abandonar ese afecto por otra persona pues solo produce sufrimiento, y sin embargo no conseguimos hacerlo aunque lo intentemos con todas nuestras fuerzas.
A pesar de ello, no está todo perdido. Por suerte existen ciertos hábitos que nos pueden ayudar a desenamorarnos de una persona cuando no queda otra alternativa.
Aprender a olvidar
Aunque suene fuerte, dejar de sentir amor por alguien puede incluso ser bueno para la salud. Resulta evidente en aquellas relaciones tóxicas en las que la violencia física o verbal son el pan de cada día, sin embargo, también puede resultar beneficioso en aquellos casos donde el amor no es correspondido.
El problema es que nuestros pensamientos no siempre obedecen a nuestros deseos. Por más que intentemos buscar nuestro bienestar, nos resulta imposible que no se nos vengan a la mente recuerdos, imágenes e ideas que nos hacen caer una y otra vez en la espiral infinita del desamor.
Por esta razón, desenamorarse es más fácil decirlo que hacerlo, pero eso no significa que sea imposible.
Aquí tienes unos cuantos consejos para olvidar a esa persona que no logras quitarte de la cabeza:
1- Reduce el contacto físico y visual
Uno de los primeros pasos necesarios para desligarte de una persona es reducir el contacto físico y visual, aunque en ese momento apetezca hacer todo lo contrario.
Cuando hay contacto visual y físico, nuestro organismo desencadena la producción de oxitocina, una hormona relacionada con el afecto y el establecimiento de vínculos de confianza. A mayor cantidad de oxitocina en la sangre, más fácil es que aparezcan conductas y emociones relacionadas con el amor en nuestro cerebro.
2- Aprende a vivir lejos de esa persona
Dejar de sentir amor por una persona es un desafío muy difícil, por lo que debemos aprender a ponernos las cosas fáciles para no tener que estar batallando con nosotros mismos todo el tiempo.
Es importante que al principio evitemos ver a la persona que queremos olvidar durante unos días, o semanas. Si no queremos pensar en una persona determinada, siempre nos resultará más fácil si no la tenemos delante.
En muchos sentidos, el amor funciona como una droga, ya que tanto a la hora de ver a la persona a la que queremos como al consumir una sustancia adictiva se activa el circuito de recompensa de nuestro cerebro, basado especialmente en el neurotransmisor llamado dopamina.
De esta manera, si queremos conseguir amoldarnos a un nuevo estilo de vida, deberemos intentar reducir las veces que este sistema de recompensa se activa, algo que por supuesto resulta difícil y requiere mucho esfuerzo.
3- Practica rutinas que te hagan independiente
Distanciarnos de la persona que queremos olvidar no es suficiente si queremos dejar de pensar en ella. También es fundamental encontrar actividades que nos ayuden a que esto ocurra.
Si mantenemos la rutina que hacíamos cuando estábamos enamorados, nuestro cerebro notará que la única pieza del puzzle que falta es la presencia de esa persona, y esta incongruencia nos dará problemas.
Si en cambio hacemos que el tiempo que pasamos alejados de esa persona coincida con cambios significativos en nuestro entorno habitual, actividades o rutina, será más fácil que nos comprometamos con esta fase de transición. Por otra parte, hacer cosas diferentes hará que las referencias a esa persona sean más escasas.
4- Mejora tu autoestima
Tristemente, experimentar el fracaso en una relación puede suponer un duro golpe para la autoestima. Por esta razón, es importante que ante estas situaciones nos centremos en mimar nuestra autoimagen y autoestima. Si no, es fácil que busquemos el arropo de la otra persona en esos momentos en los que nos sentimos poco válidos.
Para ello es necesario intentar hacer un análisis lo más frío y distanciado posible de quiénes somos, lo que hacemos y lo que nos define, teniendo en cuenta los acontecimientos que hemos vivido.
Es decir, no se trata de pensar en nosotros mismos como entidades independientes de nuestro entorno. Lo importante es darnos cuenta de cómo nos comportamos con los medios que tenemos y dependiendo de nuestros objetivos e intereses.
La clave es la atención
En resumen, lo más importante es actuar sobre nuestras acciones y pensamientos para romper el bucle infinito de comparaciones y tristeza.
Por otra parte, también es fundamental imponernos una cierta disciplina en lo que hacemos a pesar de que resulte difícil y doloroso si queremos dejar de ser emocionalmente dependientes de esa persona de la que un día nos enamoramos.