Desde pequeñas, nos acostumbramos a oír frases como: ‘no vayas sola de noche’, ‘coge el camino que haya más gente’ o ‘crúzate de acera si ves a un grupo de hombres’. Y aunque lo tengamos tan automatizado que ni siquiera somos conscientes, se trata de pequeñas alteraciones que introducimos en nuestra vidas, cosa que los hombres no tienen que hacer, para evitar sufrir una agresión sexual.
Algunas de las cosas que hacemos las mujeres para prevenir
Contarle a una amiga que tienes una cita con un desconocido y dónde habéis quedado.
Decirle a un chico que acabas de conocer que ‘tienes novio’ para que te deje en paz.
No perder de vista la copa que te has pedido, por miedo a que te echen algo.
No aceptar una copa de un desconocido.
No ir sola de noche.
Evitar coger por sitios poco iluminados.
No establecer contacto visual con hombres si vas sola de noche.
Elegir la ropa que te vas a poner para salir dependiendo del plan y de si vas a volver o no sola a casa.
Tener preparada una excusa para marcharte si algo no va bien en una cita.
Escribirle a tu amiga para contarle cómo va la cita.
Fingir que escuchas música por la calle para poder ignorar a un tío borracho que intenta hablar contigo.
Bajar el sonido de los auriculares, o quitártelos, para escuchar lo que está pasando.
Cruzarte a la acera de enfrente si ves que te vas a cruzar con un borracho.
Cambiar la ruta si ves a un grupo de hombres al final de la calle.
Coger el camino más largo, solo porque sabes que por ahí hay más gente.
Ignorarlo por completo, si un hombre te silba o te llama por la calle.
Pedirle a un amigo que te acompañe a casa.
Tener las llaves preparadas para entrar rápido en el portal.
Llevar las llaves todo el camino como si fuera un puño americano.
Soltarte el pelo porque te han dicho que para los agresores es más fácil cogerte por la coleta.
Andar rápido para llegar a casa lo antes posible.
Bajarte en la siguiente parada del metro o del autobús, aunque tengas que volver andando, porque un tío que no para de mirarte se baja en la misma que tú.
Fingir que estás hablando con tu novio y hacer como que te espera en casa.
Llamar a alguien cuando vas andando sola.
Llevar el teléfono en la mano todo el camino por si tienes que llamar a alguien.
Cambiar de dirección si notas que un coche empieza a frenar mientras tú vas andando.
Cruzarte a la otra acera o pararte, para que el que está detrás te adelante, si notas algo raro.
Pedirle al taxista que espere a que entres en el portal.
Escribirle a una amiga para decirle que has llegado bien a casa.
Coger un taxi en vez de volver andando o en transporte público.
Si eres mujer, probablemente hayas hecho muchas de estas cosas, quizás sin darte si quiera cuenta, porque es a lo que estás acostumbrada, porque es lo que te han enseñado. ¿Legará el día en que podamos andar tranquilas por la calle sin tener que estar alerta por lo que nos pueda pasar?