Durante las relaciones con tu pareja, es fundamental que los dos disfrutéis de un momento relajado, placentero y satisfactorio. Así, es importante que os deis placer mútuamente, y que tengáis la oportunidad de practicar posturas sexuales excitantes para los dos.
Cualquier forma de mantener relaciones sexuales es buena, si es la que los dos queréis. Sin embargo, hablar de sexo con tu pareja también es importante y esto no siempre sucede.
A continuación te mostramos algunos secretos sobre el sexo cuando tú estás encima que él nunca te contará:
1- Tiene unas vistas perfectas de tu nariz
Es inevitable, estás frente a él. Prácticamente sin quererlo sabrá si necesitas un pañuelo para quitarte algún que otro moquillo. Pero bueno, teniendo en cuenta lo que tiene entre manos, seguro que esa no es la mayor de sus preocupaciones.
2- Está pensando en esa escena de la película Goldeneye
Ya sabes, esa en la que una exuberante Xenia aplasta las costillas de aquel tipo únicamente con la fuerza de sus muslos de acero. Aunque disfruta como un niño, cree que en cualquier momento podría morir aplastado por la acción de tus piernas.
3- Es una de sus posturas favoritas
Quizás esté solo un peldaño por debajo de una buena felación. No hay nada como poder recostarse y divertirse sin que tengas que hacer ningún esfuerzo.
4- La considera una posición con «bonus»
Muy sencillo, de esta forma puede agarrarte el trasero mientras tiene tus pechos en la cara, sin duda uno de los conocidos pequeños placeres de la vida.
5- Tus pechos rebotando arriba y abajo son un espectáculo hipnótico
Probablemente este no sea un secreto, pero al menos él intenta disimular que se queda ensimismado mirando tus pechos. Después de todo, hacer el amor con alguien que tiene la boca abierta y la mirada fija en tus tetas probablemente no sea algo demasiado «sexy».
6- Le ayuda a recuperar energías
Esta es una magnífica posición para tomarse un tiempo y relajarse (a menos que él quiera empujar desde abajo, obviamente). Podríamos decir que quedarse abajo es como entrar en boxes para repostar gasolina y seguir con la carrera.
7- No hay mejor momento para percatarse de las manchas de humedad del techo
¡Ahí va! ¿Cuánto tiempo lleva eso ahí?
8- No le importa tener la cabeza hundida entre las almohadas
El movimiento de vaivén ha hecho que su cabeza se haya perdido entre las almohadas, pero no interrumpe el balanceo para recuperar la posición. No te preocupes, él ya aceptó ese destino.
9- El roce no lo estimula demasiado
Pero cuidado, eso no quiere decir que no lo puedas hacer. De hecho resulta muy morboso de ver y él sabe que a ti te gusta, por lo que jamás podrá ninguna pega si decides hacer fuego con la fricción de tu pelvis.
10- Si no paras cuando él llega al orgasmo, entra en pánico
Cuando estás en arriba y sigues adelante aunque él haya terminado, se siente bien pero duele. Es una sensación extraña, algo así como cuando sacas un trozo de una palomita de maíz de entre tus encías, que es molesto a la vez que placentero, pero multiplicado por mil.