Los hombres han gobernado desde el principio de los tiempos. En cada etapa de la historia, las mujeres han estado al margen, luchando en un segundo plano. No solo no se les dejaba votar o no podían hacer ciertas cosas sin el consentimiento de su padre o marido, sino que sus vidas podían ser una auténtica historia de terror.
Las 10 realidad más terribles de ser mujer a lo largo de la historia
1- Obligadas a matar a sus bebés
En casi todos los países, cuando una mujer daba a luz a un niño con algún tipo de deformidad o discapacidad, se esperaba que lo matara. Por ejemplo, en Roma, si nacía un niño discapacitado, la madre tenía dos opciones: matarlo o abandonarlo. En la costa de Israel, los arqueólogos han encontrado restos de 100 bebés muertos.
2- Novias secuestradas
En algunas zonas de China, se secuestraron a novias hasta la década de 1940. En Japón, el último caso se reportó en 1959. Irlanda tuvo un problema generalizado con estos secuestros en el siglo XIX. E incluso la Biblia relata historias de hombres que masacraron pueblos enteros para tomar a las mujeres vírgenes como esposas.
3- Hombres como depredadores
En Roma, se esperaba que las esclavas fueran sexualmente activas como parte de su trabajo. Mantener relaciones sexuales con ellas, aunque fueran no consentidas, nunca era considerado una violación.
Las prostitutas, las actrices y las camareras tampoco tenían derecho a acusar a nadie de violación, debían estar dispuestas a mantener sexo con cualquier hombre que se lo propusiera.
En la Edad Media, San Agustín fue considerado progresista por sugerir que las mujeres violadas no tenían que suicidarse. Incluso llegó a sugerir que algunas disfrutaban de ello.
4- Sentencia de muerte por perder la virginidad
En Atenas, si un hombre descubría que su hija soltera se había acostado con un hombre, podía venderla legalmente como esclava. Los samoanos se aseguraban de que sus esposas fueran vírgenes y de que todo el mundo lo supiera. Durante la boda, el jefe de la tribu le rompía el himen a la novia con los dedos delante de la multitud de invitados para demostrar que era pura.
En Roma, si una sacerdotisa de la diosa Vesta perdía su virginidad antes de los 30 años, se le enterraba viva. Y en el antiguo Israel, cualquier mujer que perdiera la virginidad antes del matrimonio era apedreada hasta la muerte.
5- A las mujeres con la regla no se las tocaba
En Egipto, las mujeres pasaban la menstruación aisladas en un edificio especial donde los hombres no podían entrar. Los israelitas ni si quiera tocaban a las mujeres cuando tenían el periodo. Y en Hawaii, los hombres que entraban en la cabaña en la que las mujeres pasaban la regla, se arriesgaban a pena de muerte.
Los nativos de Papua Nueva Guinea llegaron aún más lejos. Si un hombre tocaba a una mujer que estaba menstruando, creían que «mataba su sangre haciendo que se volviera negra, anulaba su inteligencia y le llevaba a una muerte lenta».
6- Niñas recién nacidas abandonadas para morir
En la antigua Atenas, era común que una pareja llevara a una niña recién nacida al desierto y la dejara morir, un acto que se conocía como «exponer» al bebé. «Todo el mundo debe criar un hijo incluso si es pobre, pero exponer a una hija incluso si es rico», escribió un escritor griego. En Roma también era una práctica común. Incluso en Egipto, donde hombres y mujeres tenían derechos comparativamente iguales, los pobres a menudo dejaban que las niñas murieran.
7- Cambiaban de hogar
Incluso en la edad de las cavernas, las relaciones eran unilaterales, lo que hacía que fueran siempre las mujeres las que se tuvieran que mudar al hogar del hombre cuando formaban una familia. Y no precisamente por consenso, sino que probablemente eran secuestradas de sus familias en otras tribus y arrastradas hasta sus captores.
8- Asesinadas con sus maridos
Hasta el siglo XIX, se esperaba que cuando una mujer india perdía a su marido se incinerara hasta la muerte junto a él. A veces, durante la guerra, se esperaba que las mujeres hicieran esto incluso antes de que sus esposos murieran.
Si algo no iba bien, todas las mujeres del pueblo se quemaban vivas y se llevaban a sus hijos con ellas. Sus maridos mientras las miraban, y al día siguiente se untaban la cara con sus cenizas y se iban a la guerra. Se suicidaban solo para motivar a sus maridos.
9- Torturadas por infidelidades
En la antigua Roma, si una mujer casada se acostaba con otro hombre, su marido tenía derecho a matarla. Incluso los puritanos que colonizaron América toleraron legalmente los asesinatos por adulterio.
Pero en la Edad Media fue incluso peor. No solo se conformaban con matar a su mujer, además querían que sufriera. Para ello, tenían un dispositivo llamado desgarrador de senos que usaban con las mujeres infieles.
10- Apenas podían hablar
En la antigua Grecia y Roma, las mujeres no podían salir de casa sin un acompañante masculino. Cuando acudía visita a casa, no se les permitía hablar ni sentarse a cenar; tenían que retirarse a su habitación, donde nadie las pudiera ver, para que la presencia de mujeres no molestara a los hombres.
En Dinamarca, a aquellas mujeres que discutían o expresaban abiertamente su ira, se las encerraba en lo que se conocía como violín de musaraña. Un trampa de madera con forma de violín que le ataba las manos y la cara. Y por si fuera poco, se la hacía desfilaran públicamente para avergonzarla por haber demostrado abiertamente enfado o malestar.
Lo ingleses fueron incluso peores: les colocaban una máscara de metal con dientes afilados con una campana adherida, para que todos salieran y se burlaran de la mujer que se había atrevido a quejarse.