Un nuevo estudio acerca un poco más el sueño de la inmortalidad a nuestras manos. Tal y como se puede leer en la revista Preventative Medicine, un equipo de la Universidad Brigham Young ha descubierto una extraña fórmula para frenar el envejecimiento.
A pesar de que los humanos medimos nuestras vida según el número de veces que orbitamos el sol, nuestras células no envejecen de la misma manera para todos. Si llevamos un estilo de vida poco saludable, nuestras células empeoran más rápido que si tenemos un estilo de vida más piadoso. Triste pero cierto.
No debería sorprendernos que hacer ejercicio mejore nuestra calidad de vida, lo que sí resulta sorprendente es que haga que nuestras células envejezcan mucho más lentamente de lo que lo harían si llevásemos una vida sedentaria.
Específicamente, los adultos que practican ejercicio de alta intensidad como correr 30-40 minutos al día, 5 días a la semana, parecen mantener sus células nueve años más jóvenes de lo que deberían estar según su edad.
¿A qué se debe este efecto rejuvenecedor? Pues parece que todo se encuentra ligado a los telómeros de las células, esas regiones de ADN no codificantes que se encuentran en los extremos de nuestros cromosomas. Cada vez que una célula se replica, estas regiones se hacen más cortas. Cuanto más se encogen, más envejecemos.
En este estudio se analizaron los datos de 5.823 adultos que participaron en la Encuesta Nacional de Exámenes de Salud y Nutrición de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). De entre muchos de los aspectos analizados, se registraron as longitudes de los telómeros de los participantes.
El equipo encontró que aquellos con los telómeros más cortos, y por lo tanto mayores signos de envejecimiento celular, correspondían a personas que practicaban un estilo de vida sedentario. Por el contrario, aquellos que practicaban ejercicio intenso con regularidad mostraban unos telómeros más largos y más jóvenes.
Por desgracia, solo unos niveles intensos de ejercicio parecen marcar la diferencia en este sentido. Si piensas que puedes ganar 9 años de vida dando un paseito por la tarde, más vale que ni lo intentes.
Desafortunadamente, el equipo no encontró diferencias significativas en la longitud de telómeros entre aquellos que practicaban ejercicios de baja o moderada intensidad y aquellos que se tiraban todo el día en el sofá.
Aunque aún nos queda mucho que aprender sobre este curioso mecanismo para preservar la juventud, todo apunta a que el ejercicio podría suprimir la inflamación y los equilibrios químicos perjudiciales que dañan y acortan los telómeros.